Un embarazo inesperado nos salvó a todos

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Víctor Merino y Odir Flores en el entreno de este miércoles en el Calero Suárez. Foto EDH

Por Por Julia Regina de Cardenal*

2014-12-17 5:00:00

Una jovencita concibió y él niño no era de su esposo.

Los salvadoreños somos un pueblo cristiano y, en esta época, nos une la alegría de recibir a Jesús que debe nacer en nuestros corazones. A pesar de que haya personas que no creen en Dios y tratan de intimidarnos exigiendo que no deseemos una feliz Navidad, porque supuestamente esto los “ofende”, nosotros sabemos que ¡sin Cristo no hay Navidad!

Algunos medios de comunicación nos desean “felices fiestas”, sin embargo, ¿fiestas de qué? ¡Del nacimiento del niño Jesús! Nadie lo puede negar. Si los cristianos no nos sentimos ofendidos cuando otras religiones celebran sus fiestas, ¿por qué vamos a callar ante el movimiento mundial cristianofóbico? Esto es una violación a nuestros derechos humanos, al respeto que merecemos y a la libertad religiosa.

No es extraño que esto suceda actualmente pues desde que Jesús nació fue perseguido por Herodes quien, buscando su muerte, mandó matar a todos los niños menores de 2 años. José y María lograron huir con el niño, sin embargo, esos niños sufrieron el martirio en nombre del Hijo de Dios así como ha sucedido con muchos santos.

En nombre de los derechos humanos se han cometido y se siguen cometiendo muchas injusticias, crueldades y aberraciones que claman al cielo, siendo una de las peores el negocio de descuartizar a niños en el vientre materno. Bajo el escudo que “aunque el aborto sea ilegal, se sigue haciendo” pretenden que esta barbarie se legalice en nuestro país. Es un argumento tan absurdo como decir que, a pesar de que el tráfico de personas, las violaciones, la pornografía infantil, la esclavitud sexual, la pedofilia, etc. son ilegales, pero se siguen haciendo, “sería mejor legalizarlos”.

El vientre materno se ha vuelto el lugar más peligroso para vivir en la actualidad. Cada segundo asesinan legalmente a tres bebés de la manera más cruel y dañan a las madres que son las segundas víctimas en esta tragedia mundial.

El Salvador, que lleva el nombre del Emmanuel que nacerá en unos días y por quien encendemos luces, cantamos villancicos y celebramos reunidos en familia, está bajo el ataque de la multinacional del aborto quien quiere venir a poner esa industria matando a niños salvadoreños. Se dedican a difundir calumnias y mentiras de lo que sucede acá porque no soportan que orgullosamente nuestra Constitución reconoce la vida humana desde la concepción y por ende debe de ser protegida por el Estado.

La última estrategia proaborto —como no han encontrado mujeres presas por aborto porque les dan medidas sustitutivas— es pedir el indulto para mujeres que mataron a sus hijos recién nacidos. Es decir, pretenden legalizar el infanticidio, además del aborto.

Lo más increíble de todo esto es que funcionarios del más alto nivel del FMLN, quienes juraron cumplir y hacer cumplir la Constitución, están apoyando dicho indulto y el Presidente hasta ha pedido a la ONU que venga a abrir el debate sobre el aborto.

No dejemos que nadie nos intimide en nuestro propósito de defender toda la vida humana —que aunque está comprobado científicamente que comienza desde la concepción— también lo podemos hacer desde nuestra fe y esto no nos descalifica como quisieran algunos.

Jesús vino a salvarnos. ¿Cuál será tu respuesta al que se entregó por cada uno de nosotros? No tengamos temor de decir ¡Gloria a Dios que se hizo hombre! ¡Él es la Luz, la Verdad y la Vida! ¡FELIZ NAVIDAD!.

*Columnista de El Diario de Hoy.