Adviento y Navidad

descripción de la imagen
Según Roberto Murray Meza, ahora CALI se proyecta a 10 años más. Foto EDH / lissette monterrosa

Por Por José Ricardo Cruz*

2014-12-12 5:00:00

Pronto estaremos en Navidad celebrando con nuestras familias el nacimiento de Jesús. Algunos se reunirán entre amigos y familia, otros se irán de fiesta aprovechando las largas vacaciones que esta temporada nos obliga.

Adviento es prepararse para el nacimiento, la Natividad, de nuestro Señor Jesús Cristo. Al igual que nos preparamos cuando un familiar que amamos y queremos está por celebrar el día de su cumpleaños, cuidamos los detalles, encargamos el pastel, preparamos la comida, compramos un regalo, en fin, tratamos de agradar al homenajeado. Esto es lo mismo que el ADVIENTO, la diferencia es que este debe ser una preparación espiritual, si bien es cierto que lo material acompaña el momento, lo importante es lo interno, para que ese día tan especial, la primera venida de nuestro Salvador sea un renacimiento en nuestros corazones.

Poseemos un gran ejemplo, la Virgen María, quien desde aquel momento que Dios la escoge para llevar en su vientre a nuestro Salvador: – “Llegó el Ángel hasta ella y le dijo: Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo. María quedó muy conmovida al oír estas palabras, y se preguntaba qué significaría tal saludo. Pero el Ángel le dijo: No temas María, porque has encontrado el favor de Dios. Concebirás en tu seno y darás a luz un hijo, al que pondrás el nombre de Jesús. Será Grande y justamente será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de su antepasado David; gobernará por siempre al pueblo de Jacob y su reinado no tendrá fin”. Lucas 1 28-33.

Al igual que la Virgen, debemos llenarnos de Gracia y vestirnos para la ocasión. Cada fiesta, un traje. En esta fiesta tan especial que es, el Nacimiento de Jesús, debemos de estar vestidos de alegría y humildad ante su llegada, porque el que viene es el que reinará en nuestros corazones “… y su reino no tendrá fin”.

Digamos ese FIAT: – “He aquí la esclava del Señor, hágase en mí, según tu palabra”, abramos las puertas de par en par. Acudamos también al pesebre con recogimiento y esperanza. Ahí, nos enseña que para acompañarle no necesitamos riquezas, sino necesitamos ser pastores del rebaño, no tener miedo, como les dijo el Ángel.

Hace dos mil años, muchos no quisieron preparase para su llegada, María y Jo tocaron puertas y no los recibieron. Muchas veces nos llenamos de orgullo y vanidades que nos impiden ver con ojos de humildad la llegada de Jesús y nos ciega. ¿Cuántas puertas habrá tocado San José para que dejaran nacer a Jesús en sus casas y cuántos no lo recibieron? Hoy tenemos la misma oportunidad que entonces, dejemos que entre a nuestra casa, a nuestra familia y especialmente a nuestros corazones.

Jesús nace en un pesebre, quien envuelto dulcemente en pañales por su Madre, la Virgen María, recibe con gratitud a los que llegan a El, aquellos que, vestidos con humildad, tienen la dicha de conocerle.

La fecha es propicia para volver a vivir ese momento, preparémonos para su llegada. Ese es el Adviento (Adventus Redemptoris – venida del Redentor), la época que nos permite estar listos a la llegada de Jesús.

Aprovecho para desearles una muy Feliz Navidad, que la paz reine en nuestros corazones y que el año 2015 sea un año de cambios. Que nuestras faltas sean lecciones para nuestro futuro y que nuestros aciertos sean lecciones para las nuevas generaciones.

*Colaborador de El Diario de Hoy.

@jrcruz69