La chikunguña y la necesidad de más entomólogos

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elsalvador.com

Por Por Rodrigo Samayoa Valiente*

2014-11-02 5:00:00

Una epidemia es un incremento significativamente elevado en el número de casos de una enfermedad con respecto al número de casos esperados (Wikipedia). En El Salvador tenemos una epidemia de chikunguña, pero no es la única enfermedad transmitida por zancudos que tenemos. Ya hemos convivido tanto tiempo con el dengue, que no se cataloga como epidemia, sino como una enfermedad endémica en el país.

El vector (un mecanismo, generalmente un organismo, que transmite un agente infeccioso desde los individuos afectados a otros que aún no portan ese agente) en ambos casos es el mismo zancudo, el Aedes aegypti. Hay otros vectores en nuestro continente que también transmiten enfermedades, como los zancudos del género Culex que transmiten el parásito que causa la elefantesis y transmite el virus del nilo occidental, o los zancudos del género Anopheles que transmiten la malaria. El mismo Aedes aegypti que transmite la fiebre amarilla.

Si queremos parar estas enfermedades tenemos que conocer cada uno de estos insectos, no son lo mismo ni se comportan de igual forma. Podemos estarnos protegiendo de una especie y ser otra la que nos está afectando, esto solo lo conocen los entomólogos y ecólogos.

Entender los vectores nos permite entender cómo se desarrolla una enfermedad, entender la ecología de las especies como Aedes aegypti, que suele picar de día o Culex que es el mosquito común de las casas; nos permite saber cómo combatir una epidemia o qué precauciones son las que se tienen que tomar.

Las secuelas que está dejando la epidemia de chikunguña son cuantiosos, sino habría que preguntar cuánto están perdiendo las empresas por los permisos de salud para los empleados; cuánto está perdiendo el Seguro Social en repartir acetaminofén y cuánto está perdiendo el país con más de 40,000 enfermos. Cuáles serán las secuelas de tener 40,000 artríticos y ni pensar qué pasará si como en la República Dominicana llegan a medio millón.

El país no se puede dar el lujo de que así como el dengue esta enfermedad se quede endémica en el país, no podemos dar por normal, que todos en San Salvador conozcamos a más de una persona que tenga “Chik”. Convivir con enfermedades como el dengue no debería de convertirse en la norma de un país. Tenemos que entender y conocer los vectores, para poder controlar estas enfermedades, no es a punta de acetaminofén que vamos detener la enfermedad.

El país debería de invertir más en entomólogos y ecólogos que conozcan los vectores que transmiten estas enfermedades, no podemos no tener un instituto de enfermedades tropicales y no podemos darnos el lujo de no tener biólogos que se dediquen a entender y comprender estos vectores.

El Salvador necesita una reforma en salud que incluya la prevención como el principal enfoque. El Salvador no puede ni debe seguir esperando la próxima gran enfermedad para tomar medidas. El Salvador no puede ser un lugar sucio, lleno de basura, con agua contaminada o seguirá siendo un paraíso para los vectores transmisores de enfermedades.

*Colaborador de El Diario de Hoy.