El niño travieso y la evolución de las pandillas

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Jugadores holandeses festejan después de derrotar al Sevilla. Foto EDH

Por Por Carlos Ponce*

2014-11-27 5:00:00

Existen importantes diferencias en relación a la visibilidad, tipo y enfoque de los patrones delictuales en los que se involucran las estructuras criminales. Estas discrepancias están asociadas con el nivel de desarrollo de las agrupaciones. Investigaciones científicas han comprobado que la evolución de las organizaciones tiende a propiciar un cambio en el enfoque de sus operaciones. Contrastar los costos y beneficios de ilícitos, para determinar su rentabilidad económica, progresivamente se convierte en el mecanismo predominante para la toma de decisiones en grupos más desarrollados, desplazando los componentes emocionales que dominan las etapas tempranas de su evolución.

No es la primera ocasión en la que resumo esta premisa criminológica en este espacio, ya que es un postulado académico clave para comprender y dimensionar la gravedad de la crisis delictual en la que está sumergido el país. Sin embargo, aunque es aparentemente clara y sencilla de comprender, muchos la desestiman o mal interpretan con facilidad, quedando vulnerables a la seducción de las habilidades discursivas de charlatanes profesionales que presentan explicaciones basadas en sus limitadas experiencias personales, dogmas ideológicos, intereses particulares o mitos y falsedades perpetuadas por personas similares en el pasado.

Me gusta utilizar el ejemplo del niño travieso para ilustrar la esencia de la premisa explicada al inicio. Las travesuras cometidas por un niño de seis años son diferentes a las del mismo menor a sus diez y quince años. Similarmente, la complejidad, enfoque y retorno que implican las transgresiones de este niño son diferentes en cada uno de los puntos de su vida, seleccionados para este ejercicio. Una travesura común para un niño de cinco años, por ejemplo, es tomar a escondidas una galleta de la cocina antes de cena; para uno de diez, jugarle una broma a una hermana o hermano menor, y, para uno de quince, escaparse a media noche de casa para ir a una fiesta con amigos. Cada caso discrepa sustancialmente de los demás.

El tipo de travesura de cada edad, su enfoque y objetivos, son diferentes. También divergen en el nivel de complejidad que implica la ejecución de cada fechoría y, por lo tanto, en la pericia de los perpetradores. Cada etapa etaria del niño travieso se caracteriza por un particular tipo de transgresión, dificultad y destreza, meta y enfoque, que una vez superado, generalmente no se repite con igual intensidad en momentos posteriores de su vida.

Las técnicas de detección y corrección de travesuras, utilizadas por los padres del menor, varían dependiendo de la edad del niño, ya que las particularidades de las transgresiones y las habilidades del infractor, son diferentes. La versión adolescente del menor travieso comete picardías más difíciles de detectar y las cubre mejor que cuando tenía diez o seis años. Sus travesuras son menos visibles, pero no necesariamente menos graves o cuantiosas.

Igual que los padres del niño travieso, es necesario que consideremos en qué punto de su evolución están los grupos criminales, para abordarlos de forma eficiente y efectiva. Durante la última semana, la Policía ha registrado varios homicidios múltiples (que han subido 110%) y otros asesinatos que han generado indignación y alarma social. Las pandillas, en 2014, han matado más agentes policías que cualquier otro año de la última década. También se han reportado homicidios contra motoristas del transporte colectivo y quema de buses.

La administración de Mauricio Funes propició un pacto con las pandillas, en el que la disminución en este tipo de hechos se utilizó como una ficha de negociación, presuntamente canjeada por los cabecillas de dichas agrupaciones para obtener una variedad de concesiones. Los graves incidentes antes mencionados, deben de ser interpretados considerando la evolución generada por el abordaje del gobierno de Funes. Hasta que no se reconozca el daño públicamente, no se podrá hablar de forma franca, seria y clara, sobre una solución acertada.

*Criminólogo.

@cponce_sv