Preguntas, perplejidades

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Karla Cárcamo no pudo lograr medalla en su competencia. Foto EDH

Por Por Luis Fernández Cuervo*

2014-11-23 5:00:00

La ONU advirtió el 2 de noviembre de “la necesidad de la acción inmediata y consensuada a nivel global para evitar daños severos e irreversibles sobre los seres humanos y los ecosistemas”. Y vuelve con su tesis de que la culpa del calentamiento de la tierra se debe al CO2 de origen humano. Y da como prueba “la reducción de la capa de hielo en los polos y más fenómenos climáticos extremos” que no precisa. Pero la verdad es que en la Antártida hay más hielo que nunca y que en enero de este año se congelaron las cataratas del Niágara, fenómeno que sólo había ocurrido en el Siglo XIX, siglo incluido en la etapa conocida por los expertos del clima como “la pequeña edad de hielo”. También señala una subida probable (sic) de 0,85 grados de 1880 a 2012.

No es extraño: 1880 pertenece a “la pequeña edad de hielo”. Y se calla que en el Siglo XX la mayor alza de temperatura terrestre fue antes del boom industrial y que después tuvo alternativas de subida y bajada y unos inviernos del hemisferio norte con tremendas nevadas y en sitios donde nunca había nevado. En el nuevo informe –dice la prensa– se afirma con claridad que el objetivo debe ser reducir a cero las emisiones de gases invernadero. ¿Cuáles?

¿Y cómo? ¿Se puede evitar que todos los volcanes que están actualmente en actividad, o en explosión, se apaguen? Porque esos lanzan a la atmósfera mayor cantidad de gases –incluyendo CO2– que toda la actividad industrial y los vehículos del mundo. Además eso de daños irreversibles es una cantinela que viene de lejos, desde Al Gore y su catástrofe no cumplida.

Como simple ciudadano no entiendo por qué si la catástrofe es tan inminente –bueno lo viene siendo según el IPCC desde el siglo pasado– los EE.UU. no han hecho nada importante para reducir sus emisiones de gases y por qué en cambio se están vendiendo a los países en desarrollo energía solar y eólica en cantidad, que fue la única conclusión que surgió de la reunión del IPCC en Cancún de 2010: destinar unos millones para vender eso a los ignorantes subdesarrollados y hacer con ello un buen negocio los países desarrollados.

Por otra parte la NASA considera que un máximo de actividad en el presente ciclo solar está teniendo lugar en 2014. Tras un misterioso bajón de actividad a partir de 2008 y 2009, el más acentuado en un siglo, los físicos solares se preguntaban cuándo regresaría un nuevo periodo de alta actividad.

Dean Pesnell, del Centro de Vuelo Espacial Goddard. apunta a una serie de factores que indican condiciones de un máximo solar en 2014: “El campo magnético del Sol se ha movido de un tirón, estamos empezando a ver el desarrollo de grandes agujeros coronales y cantidad de manchas solares”. Y la actividad solar sí es seguro que influye en la temperatura terrestre.

Debo recordar algo de lo ya escrito anteriormente. Hay expertos serios que no están de acuerdo con la tesis del IPCC. Así en “Climate of extremes: global warming science they don?t want you to know” de los climatólogos Patrick Michaels y Robert Walling Jr. El doctor Tauler, doctor en Biología e investigador en Rush University Medical Center de Chicago afirma: “Los protocolos internacionales de reducción de gases de efecto invernadero no son eficaces. Están basados en modelos inexactos. No queda clara la relación coste-beneficio derivada de su aplicación, siendo posible además que el desarrollo tecnológico invalide la mayor parte de los supuestos sobre los que están basados. Nos falta mucho por saber sobre el clima y si es posible, y deseable, intervenir activamente sobre él. Por tanto, un primer punto debe ser que la investigación activa de dichos mecanismos climáticos sea sin discriminación ni condena de hipótesis iniciales. Debe ser posible investigar en estos temas libremente y tener derecho a la misma financiación pública”.

*Dr. en Medicina.

Columnista de El Diario de Hoy.

luchofcuervo@gmail.com