Venezuela presiona a la OPEP para que suba de nuevo el precio del petróleo. ¿Es así como quiere demostrar su solidaridad con Latinoamérica?

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Momento cuando el boxeador noquea al primero. Captura tomada de video de Youtube

Por Por Jorge Lagos*

2014-11-24 5:00:00

Tal parece que el precio del barril de petróleo crudo lleva una tendencia a la baja. Después de alcanzar casi $103 en junio pasado, actualmente se encuentra cercano a los $74. Sobre las causas de esta reducción podemos mencionar: ralentización de la economía en China; el aumento en la producción de petróleo en EUA y Canadá a partir de esquistos bituminosos, arenas asfálticas o con fractura hidráulica, y una demanda global un poco deprimida. El hecho es que, aparentemente, esta dirección en el precio del petróleo es permanente –más que todo por el aumento en la producción mundial– lo cual debería alegrar a países como Venezuela, que manifiestan abiertamente su intención de apoyar económicamente a sus vecinos latinoamericanos.

Sin embargo, ahora resulta que Venezuela ha solicitado una reunión urgente a la OPEP para respaldar una moción de recortes en la producción de los países miembros y así apuntalar el precio del barril de petróleo, hasta hacerlo llegar a los $100. ¿Cuál es entonces el espíritu de la creación de Petrocaribe, acaso no es hacerle más accesible la compra de petróleo a aquellos países importadores netos? ¿No es quizá mejor — y más fácil de administrar– el vender el barril a un precio más bajo, que venderlo caro y luego conceder términos favorables de pago? El acuerdo con Petrocaribe es bastante complicado, pues implica tener que manejar cientos de préstamos a medida que transcurren los envíos y se incurre en deuda cada mes. ¡En un plazo de 25 años podría haber hasta 300 préstamos vigentes! No podemos tampoco ignorar las arbitrariedades que puedan presentarse en el camino con el valúo de productos, que servirían como moneda de cambio si se decide pagar por medio de trueque. Asimismo, es probable que algunos de estos préstamos resulten siendo incobrables. Entonces, ¿por qué no se resigna a aceptar Venezuela el resultado del libre mercado entre la oferta y demanda?

Según informes de prensa, los líderes venezolanos atribuyen la “baja” en el precio del petróleo a manipulaciones de especuladores, dirigidos por los países imperialistas. Lo curioso es que en su propio mercado interno, estos mismos líderes atribuyen el “alza” de precios en algunos productos de la canasta básica, como decir jabón o zapatos, a una confabulación de comerciantes que simpatizan con el imperio, léase EUA, para perjudicar a la revolución. O sea que el libre mercado funciona bien sólo si el precio del petróleo sube o si los precios de los artículos que se venden dentro de Venezuela bajan. Algo asimétrico, ¿no?

Pero, retomando el tema de Petrocaribe, ¿por qué se opone Venezuela a vendernos el petróleo más barato y evitarse las complicaciones de este tratado? Ajá, porque con el acuerdo de Petrocaribe le terminamos debiendo el favor a Venezuela, por lo que tenemos que alinearnos con sus posturas políticas regionales, adoptar sus ocurrencias económicas y secundar sus iniciativas en organismos internacionales. ¡Esto podría salirnos caro, pues conllevaría probablemente a un distanciamiento con algunos países aliados tradicionales nuestros!

Es menos engorroso para las empresas y el Estado brindar un precio más cómodo, que uno caro con un descuento que equivalga al final a lo mismo. Sería más práctico ofrecer tarifas más bajas de telefonía celular que estar dando triple saldos cada semana. La diferencia estriba en que con un subsidio o descuento el consumidor queda “agradecido”.

Por eso no hemos escuchado voces protestando contra la propuesta de Venezuela en la OPEP — a pesar de que los precios altos del petróleo perjudican los intereses de El Salvador–, ya que el arreglo con Petrocaribe permite a algunos sectores recibir subsidios inmediatos, que pueden traducirse en votos a corto plazo. Después de todo, la deuda contraída la pagarán los siguientes gobiernos o más bien nuestros hijos y nietos.

*Asesor Financiero,

MBA, Wharton School.