Inteligencia e inteligencias múltiples

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/ Foto Por Archivo

Por Por Mario Aguilar Joya*

2014-10-02 5:00:00

El término inteligencia deriva del latín Intelligere, que se traduce como relacionar o unir, en una alusión a la relación que realiza el cerebro para unir datos y conformar una comprensión del entorno. Es en este sentido que la inteligencia suele definirse como la capacidad que tenemos los seres humanos para comprender, interpretar y aplicar las conexiones lógicas y concretas de la realidad. Sabemos desde hace mucho tiempo que la inteligencia varía de una persona a otra, tanto en grado, extensión e intensidad.

Desde la filosofía aristotélica viene el concepto de que el discernimiento y la inteligencia tenían una base totalmente empírica, esto es basada en la experiencia del individuo. Aristóteles proponía que la mente al nacer estaba totalmente vacía y carente de conocimiento y que se va “llenando” con las experiencias en la vida. Concepto que mantiene actualidad sobre todo en cuanto a que las experiencias de vida alteran o modifican los patrones de comportamiento y eventualmente tienen la capacidad de transformar la inteligencia del individuo.

Ya desde el Siglo XVIII, Herbert Spencer formulo la Teoría de la Inteligencia Tradicional, que sostenía que el acto de conocer comprendía un doble proceso: el analítico, mediante el cual el individuo razona y ordena la información y el integrativo a través del cual se completan los procesos y se da solución a los problemas de un medio ambiente complejo y constantemente cambiante. El concepto tradicional de inteligencia se mantuvo monolítico hasta las investigaciones realizadas en el Siglo XX, especialmente los estudios realizados desde 1979 por el investigador de la Universidad de Harvard, Howard Gardner, quien en el año 1983 publica su libro Frames of Mind (Las Estructuras de la Mente) y en donde propone el concepto de Inteligencias Múltiples, e introduce las variables de resolución de problemas y adapta el concepto inteligencia a las constantes relacionadas a la cultura del individuo.

Este concepto abre las puertas a una dimensión diferente de las inteligencias al proponer que si bien es cierto que la excelencia académica es importante, no es la única razón del éxito en la vida. Todos conocemos personas que sin haber tenido experiencia académica han logrado niveles de vida completamente satisfactorios pues han triunfado en los negocios, carreras técnicas o en actividades de la vida con conocimiento empírico. Han triunfado en sus campos de acción y para esto sin duda, han utilizado su inteligencia, la cual no es ni mejor ni peor que las de los demás, es simplemente diferente.

No menos importante, Gardner define la inteligencia como una destreza o habilidad que puede ser cultivada, en contraposición a un aspecto congénito como era la visión tradicional, en donde se nacía o no inteligente y la educación poco podía hacer para cambiar este dato. Es por estas razones que una mejor conceptualización de las inteligencias múltiples las define como la habilidad para encontrarle solución a los problemas, crear nuevas ideas a partir de las experiencias previas y tener la capacidad para relacionarse con los demás en forma apropiada.

*Doctor en Medicina.

aguilarjoya@yahoo.com