La situación del electorado

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elsalvador.com

Por Por Manuel Hinds*

2014-09-25 6:00:00

Hay gente que piensa que el FMLN ha ganado las últimas dos elecciones presidenciales porque está ganando porcentajes cada vez mayores de los electores. Eso no es cierto. El Salvador tiene un electorado que es mayoritariamente moderado. El FMLN nunca ha logrado los votos de más del 30-32 % de este electorado. El FMLN ha adquirido una gran fuerza electoral en los últimos 10 años no porque su participación del electorado haya subido sino porque la participación de ARENA ha caído en 20 puntos porcentuales del electorado.

Si ARENA hubiera mantenido su participación en el electorado, hubiera ganado a Mauricio Funes por 9 % del electorado y a Salvador Sánchez Cerén por 15 % del electorado en la primera vuelta. Es decir, el FMLN no ha ganado; ARENA ha perdido.

Los votos que ha perdido ARENA no han sido adquiridos por el FMLN sino que se han convertido en abstenciones, que subieron de 30 a casi 50 por ciento del electorado de 2004 a la primera vuelta de 2014 (los mismos 20 puntos que perdió ARENA). Esta gente se ha decepcionado de ARENA pero prefiere no votar que votar por el FMLN.

Esto se demuestra aún más claramente en los resultados de la segunda vuelta, los votos adicionales que adquirió ARENA son iguales a los votantes adicionales que no participaron en la primera vuelta pero sí lo hicieron en la segunda.

Esto muestra que mientras que el FMLN es un partido disciplinado de gente fanática que mantiene su voto sin importar lo que le ofrezcan, ARENA es un partido que puede y ha ganado a través de atraer a un electorado de centro que no es fanático, cuyo voto no puede tomarse por descontado. ARENA ha perdido cuando no logra atraerlo.

ARENA ha ganado siempre que ha logrado formar coaliciones de personas moderadas que no son de ARENA, y que nunca van a entrar en ARENA, pero que comparten ideas fundamentales sobre la manera en la que debe desarrollarse el país.

¿Cómo fue que se permitió que se perdieran estos votos?

Primero, el partido se centró en el corto plazo y perdió la visión larga que es esencial para la vida de un partido político. Yendo de detalle en detalle, el partido nunca enfocó seriamente el problema de los votos que estaba perdiendo y no le dio importancia al aumento de los votantes suyos que dejaban de votar. En el corto plazo esto se veía como un detalle. En el largo plazo se convirtió en el factor más importante en las derrotas que ARENA eventualmente sufrió.

Segundo, y en gran parte como consecuencia de lo primero, el partido permitió que se perdiera la renovación en al menos tres dimensiones: nueva gente; nuevas ideas, y una narrativa realista que empuje a la gente a votar por ella.

Tercero, y en gran parte como consecuencia de este estancamiento, el partido perdió el contacto con los que le daban el triunfo, esa masa centrista que como consecuencia decidió no votar. El partido no creyó necesario entender la naturaleza y los cambios de esa masa, que cada vez es más urbana, más de clase media, más sofisticada que lo que era hace treinta años. Como este segmento acompañó a ARENA en la lucha contra el comunismo en los años ochenta y noventa, ARENA creyó que con solo no ser comunista iba a asegurar para siempre su voto. Perdió no solo los temas que le interesan a ese segmento sino incluso el lenguaje para hablarles. Al no sentirse representada, esa gente dejó de votar.

Cada uno de estos problemas es importante en sí mismo. Al combinarse, generaron un estancamiento general, que a su vez invita la realidad y la percepción de la corrupción. Es en el agua estancada, no la que fluye, que se desarrollan las enfermedades.

Recuperar el país requiere recuperar esa capacidad de coaligar diferentes sectores moderados de la sociedad salvadoreña. Si esto se logra, el FMLN perderá toda su oportunidad de capturar al país.

Esta es una tarea que no solo es de ARENA sino de la derecha y de toda la sociedad civil moderada del país.

*Máster en Economía,

Northwestern University.

Columnista de El Diario de Hoy.