La Rebúsqueda

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Foto Por edhdep

Por Por Marvin Galeas *

2014-09-24 5:00:00

El cine ha sido siempre una mis pasiones. Y con las películas me pasa igual que con la música. Aunque tengo mis géneros favoritos, suelo pasarlo muy bien, en el caso de la música, con piezas de todo tipo. Desde los Conciertos de Brandeburgo de Bach, pasando por Un Ladrillo más para la Pared de Pink Floyd y hasta La Banda del Carro Rojo de los Tigres del Norte.

Igual en el cine, me impresionó Viridiana dirigida por Luis Buñuel, pero también se me aceleró el corazón de angustia con la cinta Duro de Matar I, me impresionó Manhtattan de Woody Allen, me morí de la risa con el Padrecito de Cantinflas y hasta con algunas comedias del italiano Lando Buzzanca.

Lo que nunca hago es tratar de juzgar una canción o una película con códigos de comunicación rígidos. Sería absurdo ir a ver La Ley del Monte, película que en los setenta rompió records de taquilla, con las mismas claves de comunicación con las que fui a ver Julia, protagonizada por Jane Fonda y Vanessa Redgrave. Como decía un amigo, “Una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa”.

La película “La Rebúsqueda” producida por Clak Films, protagonizada por Cristina Meléndez y dirigida por Álvaro Martínez, se estrenó hace unas semanas en los cines salvadoreños y resultó un éxito en términos de taquilla. Y no sólo eso, sino que la gente que asistió, en su mayoría, se divirtió.

Digo en su mayoría, porque como todo en la vida tiene sus “fans” y sus detractores. La crítica de los que saben de cine ha sido más bien despiadada con “La Rebúsqueda”. La verdad es que cuando se entrega una obra, ésta ya no pertenece al autor, sino al público que la recibe y, también… a los críticos.

Me parece que el gran mérito de Clak films y del entusiasta equipo que trabajó en “La Rebúsqueda” es haber emprendido un camino, discutir una idea, escribir un guión (la parte clave en todo el proceso cinematográfico), actuar, filmar, editar, terminar un producto, hacer campaña previa, llevarla a la gran pantalla y divertir a miles de personas. Eso de por sí es un éxito.

Nuestros críticos, al no haber mucho cine salvadoreño, por no decir casi nada, que criticar, establecen sus parámetros parar emitir juicios en base a las grandes producciones con directores, guionistas y actores con mucho rodaje. Algunos, los más exigentes y exquisitos, se meten hasta con producciones de Hollywood, con actores como Mark Ruffallo y Meg Ryan, para bajar el pulgar y calificarlas como mediocres.

Obviamente si con esos parámetros se va a ver una película, ópera prima de un grupo de jóvenes de un país en donde prácticamente no existe esta industria, ni escuela de actores, ni muchos grandes novelistas y casi ningún guionista de ficción, la crítica será muy dura. Peor si se va a ver la película en mención con la actitud de quien va al teatro de variedades esperando ver un clásico de Shakespeare con Marlon Brando como Hamlet.

De esa manera es obvio que “La Rebúsqueda” no iba a tener buena crítica. La cinta sigue esa muy arraigada tradición humorística salvadoreña que imita el habla más popular, el doble sentido y la exageración de ademanes y situaciones cotidianas.

Tal tradición vienes desde los célebres y entrañables payasos como Chocolate y Firuliche, pasando por Aniceto Porsisoca, que tan hondamente conectó con el público, pasando por los primos Chema y Chomo en radio, hasta llegar a nuestros días con la Tenchis, la abuela y otros personajes.

Era obvio también que la película, siguiendo esa tradición, iba a divertir al público. El sólo hecho de hacer reír, entretener pues, es de por si un gran merito sobre todo en estos tiempos de sobresalto continuo.

Los productores de la película deben sentirse contentos. Sin embargo deben leer la crítica por dura que sea, con mente abierta. El sólo hecho de llamar la atención de los críticos también es porque se hizo un trabajo meritorio. Hay mucho que mejorar claro, pero ya comenzaron a caminar. Toca seguir y crecer.

* Columnista de El Diario de Hoy. marvingaleasp@hotmail.com