Gobernando con hipocresía

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Cinco tipos de zapatillas para practicar running, seas o no un profesional. Fotos EDH

Por Por Sergio Rodríguez ??vila* *Lic. en Ecomomía. Columnista de El Diario de Hoy.

2014-08-08 5:00:00

En Estados Unidos existe una frase muy conocida que al traducirla dice algo parecido a lo siguiente: “Si me engañas una vez, la culpa es tuya; pero si me engañas una segunda vez, la culpa es mía”. Sin duda esta es una expresión que le pega al clavo al actual gobierno y más de alguno me acusará de querer impregnar un discurso divisorio en nuestra sociedad. Más bien, estas letras simplemente son dedicadas a exigir acciones de unión, no palabras que se las lleve el viento.

Desde que entró al poder, e incluso antes, el presidente Salvador Sánchez Cerén ha mantenido un discurso reconciliador con todos los sectores de la sociedad. Tan así, que parece que no fue el candidato del FMLN, sino, un candidato a la medida de la persona o grupo con que se esté reuniendo. Es decir, he escuchado un sinfín de veces a empresarios decir hoy: “es que cuando te reunís con él, te lo juro que parece que corrió por ARENA”.

Ahora bien, claro está que cuando se reúnen con sus bases o personas afines, el discurso se vuelve el mismo de siempre (y el real), sobre la lucha y odio entre clases. Ideales que en el pasado (y presente) los llevaron a ya sabemos cuántas decisiones erróneas y que muchos quisiéramos que ya hubieran superado.

Es decir, lo que planteo es que el presidente y su partido están actuando siempre con palabras tan bonitas de acuerdo a la audiencia que estén engañando en el momento. Si no fuera así, entonces ¿por qué siempre hacen lo contrario cuando viene el “día D”, de aprobar o desaprobar leyes que van en detrimento de la sociedad salvadoreña?

Por ejemplo, desaforaron a Ana Vilma de Escobar cuando dijeron que no lo harían, pretendieron escuchar a la empresa privada en el tema de la reforma fiscal cuando lo único que hacían era distraerlos o aprobar cientos de millones de dólares en deuda para pagar más deuda.

Me van a disculpar, pero voy a ser más claro. No le creo absolutamente nada al actual gobierno, ni su discurso, ni actitud. Estas no son palabras divisorias, más bien, son palabras que reafirma con transparencia que el actual partido en el poder mantiene las mismas agendas de sed de poder socialista; varios tenemos la esperanza que esto desaparezca en las futuras generaciones del partido de izquierda.

“Dime con quién andas y diré quién eres”, dice el popular refrán, y eso es lo que nos ayuda a todos a recordar sobre la ideología que tiene el actual presidente y su círculo de poder. Llamando el faro de luz a Venezuela, llamando palabra divina a Chávez, o codeándose con los cubanos a diario nos deja claro las intenciones que existen detrás de este gobierno que apenas va entrando.

Es simplemente lógica, matemática básica, que lo que está haciendo el actual gobierno es engañando a todos aquellos que quieren vivir en una democracia y con las libertades que tanto han costado construir en nuestro país. Ojo al dato, no lo digo para aquellas personas que comulgan con ARENA, sino simplemente para todos aquellos, sin excepción, que quieren continuar viviendo en un país con las reglas del juego claras.

El problema es que si no nos damos cuenta de esto a tiempo, el que tendrá la culpa de este engaño seremos todos nosotros. Pues seríamos una sociedad que fue engañada una y otra vez, y aún así no habríamos aprendido que las palabras se cumplen con acciones, no con más palabras. Que en esta vida se es correcto y congruente, o hipócrita, punto.