Tres vericuetos peligrosos en el Día del Periodista

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La devoción de los feligreses al patrono es vivencial.

Por Por Ricardo Chacón *

2014-08-02 6:00:00

Adiferencia de otros años, los diputados de la Asamblea Legislativa, su junta directiva o su presidente, no convocaron de manera institucional a los periodistas para “celebrar” en un hotel o en un restaurante el Día del Periodista; sí lo hicieron las fracciones del PDC y ARENA y no sé si otros partidos también festejaron la fecha.

Me parece muy bien, primero, porque ya era costumbre, y el partido FMLN, el del cambio, se sumó a esta práctica al igual que otras muchas que deberían de eliminarse, cuales son las de utilizar fondos de la Asamblea para celebrar a los periodistas e incluso darles algunos “regalitos”. En todo caso, tal como lo han hecho los partidos políticos, si quieren festejar a los comunicadores, que lo hagan con fondos del instituto político o de particulares, pero no con los dineros provenientes de los contribuyentes.

De igual manera no es apropiado, aunque fuese una costumbre en el pasado, que en Navidad se tome dinero del presupuesto de la Asamblea para hacer “regalitos”, como corbatas, pulseras y otras bagatelas a los mismos diputados, así como a funcionarios de otros órganos del Estado a quienes se les enviaban suntuosas canastas navideñas con licores.

La Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia ha ordenado, a la actual junta directiva de la Asamblea, que haga público cuánto se gastó hace un par de años en estos “regalitos”, además de identificar a los destinatarios; aunque no se trata de millones, pero se demostraría que hay honestidad en los gastos públicos, así como dar un escarmiento para no permitir que se declare como “información confidencial”, e incluso de “seguridad nacional” (como ocurre con los viajes del expresidente de la República), cuestiones que a todas luces muestran abuso en el empleo del presupuesto de la Asamblea. Bien por esto.

Una segunda observación que quiero resaltar, tiene que ver con el corte de la transmisión de radio y televisión que hubo el jueves pasado, la madrugada en que se celebraba el Día del Periodista, justo en el momento en que los señores diputados aprobaban una serie de reformas fiscales y nuevos impuestos. Esto sucedió, con dispensa de trámites, luego de que se alcanzaran “acuerdos” entre los partidos GANA y FMLN. Se les preguntó a los flamantes comunicadores del órgano oficial de difusión de la Asamblea, cuáles eran los motivos de esta decisión, aparentemente “casual”, que pudo haberse debido a razones técnicas o involuntarias, pero la respuesta que obtuvimos, lo que nos hace pensar que no fue casual, fue la siguiente: “Nada tenemos que decir sobre eso”.

Los integrantes de los medios de comunicación de la Asamblea no son empleados del partido de gobierno ni de ningún particular, lo son de la entidad y, en tal sentido, deben de comportarse, literalmente, como “informadores públicos”. Esto quiere decir, en principio, que se deben a la institución que funciona como representante de las diferentes voces de la sociedad, representante del pueblo. Es por ello que son los informadores oficiales — no oficialistas— del todo parlamentario. Con tales actitudes, no terminamos de hacer “el cambio” y seguimos reproduciendo los males del pasado. Se comportan como medios que ensalzan, alaban e incluso aumentan las sensaciones y sentimientos de los que “mandan” en la Asamblea, como al parecer ocurrió el jueves cuando intentaron ocultar el arreglo entre dos partidos para incrementar los impuestos y repartirse funcionarios de segunda categoría.

Hay un tercer punto que quiero traer a cuento, más de fondo, como son las declaraciones del Presidente de la República en el día en que celebraban el Día del Periodista en la Casa Presidencial: uno tiene que ver con la decisión, por lo menos así lo dijo, de respetar en este gobierno la libertad de expresión, pero también, deben de transparentarse los mecanismos de concesión de frecuencias, “lo que permitirá terminar con el oligopolio de empresas televisivas y radiofónicas que limitan la pluralidad…”. Esta es, sin duda, una visión no solo cuestionable e imprecisa que no muestra lo que realmente sucede en el mercado salvadoreño de la comunicación, donde existe una saturación de medios en el espectro radiofónico y televisivo, y que se está a punto de entrar a una nueva era digital, sino también revela una tendencia poco clara y acorde a las nuevas líneas del espectro radioeléctrico, al creciente desarrollo de la web y las condiciones de pluralidad que estos adelantos técnicos producen.

*Editor Jefe de El Diario de Hoy.

ricardo.chacon@eldiariodehoy.com