Corte de Cuentas, “el remix”

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Pacientes con enfermedad renal reciben la terapia de diálisis en el Seguro Social. 

/ Foto Por Archivo

Por Por Cristina López G.*

2014-08-16 6:00:00

Una tendencia en la música es hacer “refritos” con canciones, es decir, reinventar una canción acelerándole el ritmo, incorporando voces y nuevas mezclas. De esta manera diferentes empresarios musicales producen el doble usando la misma canción, en una suerte de reciclaje que se conoce como “el remix”.

Quizás tomando inspiración de grandes estrellas del reggaetón, el enfoque con el que muchos de los ilustres diputados que integran nuestra Asamblea Legislativa tratan la elección de magistrados de la Corte de Cuentas de la República es el de “el remix”. La misma canción gastada, que compusieron ARENA y el PCN de entregar la presidencia de la Corte de Cuentas de la República por razones partidarias y no por probidad la sigue repitiendo ahora el FMLN y GANA, para perpetrarse ciclo tras ciclo. Como “el remix” más tóxicamente pegajoso, cambia la gente y cambian las voces, pero la melodía es exactamente igual.

La despolitización y profesionalización de la Corte de Cuentas, conocido bastión de colas pateadas y boutique de finiquitos prefabricados, sigue siendo una quimera. Sigue aplicando al pie de la letra lo que mencioné en una columna publicada en este medio el 20 de marzo de 2011, en una crítica a un “remix” anterior de esta situación: “Muchos comparten el pensamiento de que basar el control de tan importante instancia gubernamental en negociaciones políticas a puerta cerrada y no en criterios de probidad y capacidad, es tan cuestionable y absurdo como encargar a Drácula la custodia de un banco de sangre”.

Una vez más, otro período se deja pasar sin exigir reformas importantísimas a los requisitos para conformar el liderazgo de la Corte de Cuentas, que siguen limitándose a ser salvadoreño por nacimiento, mayor de 30 años, y de honradez y competencia notoria. A través de jurisprudencia la Sala de lo Constitucional logró que se incorporara la importante condición de que quienes resulten electos no tengan vínculos con partidos políticos pero aún seguimos sin exigir capacidades en temas de auditoría y contraloría financiera. En declaraciones que colindan con el cinismo, el recién electo presidente de la Corte de Cuentas Johel Valiente, reconoce los vínculos amistosos que lo unen con uno de los más prominentes diputados del partido que negoció su elección, lo que lleva a que cualquiera se pregunte si esa amistad incluye el hacerse del ojo pacho cuando la materia auditable se acerque al diputado Gallegos de maneras que puedan incomodarlo.

Como sociedad civil, seguimos con esta importante meta en la lista de pendientes: de nada nos servirá que la Interpol busque a todos nuestros exfuncionarios, o rasgarnos las vestiduras del asco que nos provoca la corrupción mientras no exijamos una Corte de Cuentas despolitizada y técnica, con estándares de profesionales de auditoría, eficiencia en procesos y modernización tecnológica. ¿Hasta cuándo permitiremos que sigan eligiendo al lobo para cuidar del rebaño?

*Lic. en Derecho.

Columnista de El Diario de Hoy.

@crislopezg