Más gastos del Estado, más impuestos

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Fito Zelaya sigue líder de goleo con el Alianza. Foto EDH

Por Por Claudia Umaña Araujo*

2014-08-19 6:00:00

El inicio de agosto se ha destacado por noticias que demuestran el despilfarro de los fondos públicos, particularmente con el estudio de FUNDE sobre las misiones oficiales de diputados de la Asamblea Legislativa. Se aumentaron impuestos por medio de un “madrugón”, argumentando que es para poder hacer obras sociales. No hay garantías sobre el buen uso que se le darán a los fondos que logre recolectar el Órgano Ejecutivo. ¿Con qué seriedad se analiza el gasto público? Los gastos superfluos e innecesarios siguen dándose a la luz del día. La democracia salvadoreña se ve amenazada fuertemente por la incapacidad de las instituciones de autodisciplinarse, y a las que deben ejercer atribuciones de control, poner frenos a los abusos. Está por demás decir que se le ha dado un golpe muy fuerte a las posibilidades de un diálogo exitoso, teniendo en consideración todas las fuerzas nacionales que deben ponerse de acuerdo para sacar adelante a El Salvador.

Falta la discusión que integre los distintos factores: crecimiento económico, recaudación, pertinencia del gasto, depuración de los funcionarios públicos que tienen cuestionamientos de probidad, etc. A mi criterio, la discusión debe ser conducida a través de ejercicios de transparencia, rendición de cuentas y contraloría ciudadana, con lo cual se va fortaleciendo el sistema. No se ha generado una cultura de rendición de cuentas de los políticos, ni un análisis costo beneficio de la pertinencia de ciertas actuaciones, por ejemplo, viajes en misiones oficiales, múltiples capacitaciones y gastos en festejos. Es normal esperar que cada vez que un funcionario realice un gasto importante, pueda explicar la forma en que se beneficiará el país. Si tenemos pocos recursos y el crecimiento económico de este año andará por debajo de 2%, como se ha venido dando desde unos años atrás ¿cómo no exigir que paren los viajes innecesarios y delegaciones numerosas, y que se implementen medidas de austeridad verdaderas? Se debe construir una cultura en donde se castiguen las arbitrariedades y hayan exigencias concretas sobre qué se espera de un funcionario público; tanto la academia, como los medios de comunicación, se deben mantener vigilantes junto a la ciudadanía, para dar a conocer los estándares internacionales.

Por otra parte, el gobierno del presidente Sánchez Cerén logró conseguir la aprobación del paquete tributario, deteriorándose así la posibilidad de entrar en un diálogo profundo y necesario, que incluyera un verdadero pacto fiscal con un enfoque integral. No se consideró lo relativo a una Ley de Responsabilidad Fiscal, que claramente abordara elementos adicionales de transparencia presupuestaria, publicación de mejores informes de labores de las distintas instituciones, así como la gestión por resultados, que permitan evaluar objetivamente la asignación de recursos. Por su parte, la Asamblea Legislativa reincidió en esa práctica tan nociva para el Estado de Derecho, como es la dispensa de trámites, de la cual varios políticos se jactaron que eran prácticas del pasado que ya no se volverían a dar en las presentes administraciones. Se ha puesto en riesgo no solo la confianza, sino la agenda de país, por una reforma que, además de tener cuestionamientos de inconstitucionalidad, no dará solución a los problemas de carácter fiscal de Estado. Para agravar esta situación, se generaron acuerdos poco transparentes para elegir funcionarios de segundo grado, que incluyen la elección del presidente de la Corte de Cuentas, una entidad altamente manipulada a través de los años.

Al final podemos acabar más endeudados, sin crecimiento económico, instituciones democráticas deterioradas y sin la confianza necesaria para lograr acuerdos. Los asesores del presidente de la República “comieron ansias” debido a los problemas de caja y no le dieron espacio al desarrollo de metodologías de diálogo que propicien una visión compartida de país. Se debe guardar mayor coherencia entre lo que se dice y lo que se hace, pues se habla de diálogo, pero luego se pasan reformas legales que han carecido de verdaderos entendimientos.

En conclusión, no se han enfrentado los problemas de manera frontal y decidida, en la que se reconozca que sacar al país adelante es un esfuerzo de todos. Se precipitaron tanto los diputados de la Asamblea Legislativa, como de la presidencia de la República. Estamos ante grandes desafíos de país que deben ser abordados de forma responsable, sin madrugones, con transparencia y la concurrencia de todos los sectores, con diálogo genuino y compromisos serios.

*Columnista de El Diario de Hoy.