Paternidad responsable en 2014

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Por Por Julia Regina de Cardenal*

2014-06-18 6:02:00

Actualmente, el reto que tienen los padres de familia para educar bien a sus hijos son enormes y difíciles ante las amenazas que tienen los hijos fuera y dentro del hogar. Hay intereses ajenos a nuestra cultura invirtiendo grandes cantidades de dinero en robar la inocencia de los niños y corromper los valores ético-morales que con tanto esmero se intentan inculcar dentro de la familia.

Se pagan capacitaciones en la ideología antifamilia de género y falsos “derechos” sexuales y reproductivos, a personas que luego son colocadas en puestos claves, especialmente en el área de educación, salud, “inclusión”, familia, relaciones exteriores y creación de leyes. La agenda de género pretende redefinir el matrimonio, reinventar y destruir la familia, diciéndoles a los niños que pueden elegir ser niñas y a las niñas que pueden ser niños y que toda manifestación sexual es igual a la heterosexual.

El derecho de los padres de ser primeros e insustituibles educadores de sus hijos, protegido por nuestra legislación, está en peligro por presiones internacionales y sus agentes que trabajan por cambiar leyes para imponer una “educación” sexual y reproductiva, que más bien pervierte a los niños y atenta contra la dignidad de la persona y la familia. Usar eufemismos que suenan bien, pero que no tienen el significado que parece, les ha funcionado porque muchas personas no tienen idea de lo que se discute y acepta en cumbres de la ONU y el grave peligro existente cuando una delegación oficial no defiende la soberanía aceptando tratados que atropellan nuestra legislación.

Los “derechos sexuales y reproductivos confidenciales” para adolescentes quieren decir que los hijos poseen derecho a tener relaciones sexuales con quienes quieran y usar todo tipo de anticonceptivos e inclusive abortar sin que los padres puedan meterse en esas decisiones que afectarán todas sus vidas. Esto ya está introducido en algunas leyes aunque viola la Constitución.

Margareth Sanger, fundadora de “paternidad planificada” (otro eufemismo) dijo que al introducir la mentalidad anticonceptiva en un país, el aborto era el siguiente paso a seguir. Al fallar el anticonceptivo, la solución es el aborto. Cuando jóvenes salen de centros abortivos de paternidad planificada se les vende más anticonceptivos y como estos fallan en muchos casos vuelven a regresar a abortar de nuevo. Qué negocio…

Promover la fornicación en niños, llamando sexo seguro o responsable al uso de anticonceptivos, genera una promiscuidad descontrolada y facilita la venta segura de sus servicios.

Asimismo, la moda, Hollywood, series televisivas, películas, anuncios, música, juegos, etc., bombardean la mente de los niños con todo tipo de porquerías confundiéndolos, destruyendo sus virtudes, los valores aprendidos en casa y tergiversando la verdad.

No podemos quedarnos pasivos, es nuestro deber defender la inocencia y alma de nuestros hijos, de rescatar los valores morales y cristianos, de defender nuestra soberanía e identidad cultural. Esto lo podemos hacer dentro de la familia, en el trabajo o con las amistades, sin miedo a defender los derechos reales, fomentando la unidad de la familia natural.

El núcleo de la sociedad es la familia fundada en el matrimonio –unión voluntaria y permanente entre un hombre y una mujer–. Es el lugar donde el ser humano se realiza plenamente y desde donde se impulsa el verdadero desarrollo social de nuestros pueblos.

Urge unirnos a pedir a los diputados que honren su palabra ratificando la reforma constitucional que define el matrimonio para protegernos ante las amenazas internacionales de la cultura de la muerte.

*Columnista de El Diario de Hoy.