Una visión clara de futuro

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elsalvador.com

Por Por Richard Awad*

2014-05-25 5:00:00

A pocos días de la transmisión del mando presidencial, el panorama frente a la crisis económica que atraviesa el país y la urgente búsqueda de soluciones efectivas y eficaces de recuperación, demandan del nuevo gobierno una mayor atención a la racionalidad económica para la toma de decisiones. Y con una visión clara de futuro, planificar e implementar medidas de corto, mediano y largo plazo, ya que “sin visión los pueblos perecen”, sentencian las Sagradas Escrituras.

Existen dos tipos principales de movimientos internacionales de capital: a) el endeudamiento por empréstitos internacionales; y b) la inversión extranjera directa en los rubros industrial, agroindustrial y de servicios.

En la primera etapa de una economía de mercado, las inversiones extranjeras directas pueden producir algunos impactos que se traducen en mayores tasas de empleo, transferencia de tecnología, y mayor recaudación fiscal. Indudablemente es preferible la inversión extranjera directa en los rubros productivos, que tener que endeudar más al país.

El gobierno debe ser muy estratégico e inteligente para lograr un acercamiento serio a empresas multinacionales y convencerlas de invertir en el país. Con esto poco a poco se logrará nivelar el balance económico y consecuentemente habrá un impacto positivo en el área social, lo cual reduciría el monto de los subsidios y la ayuda asistencial, y se estaría promoviendo un verdadero desarrollo socioeconómico.

La excelente ubicación geográfica, la buena red vial, el dólar como moneda de curso legal, la estabilidad política, la telefonía y otras redes sociales de alta tecnología que funcionan en nuestro país constituyen alicientes a explotar para atraer la inversión extranjera.

Habrá que investigar por qué los hermanos países de Honduras y Guatemala, con similares problemas de delincuencia, atraen inversionistas extranjeros, entre ellos inversionistas salvadoreños. El resultado de esta investigación será un insumo sumamente importante.

El uso del término “liberalismo” en la economía es diferente de su uso en la política, y se refiere a liberar la economía mediante la eliminación de trabas burocráticas, y restricciones gubernamentales, reduciendo la participación del estado a una función eminentemente subsidiaria, permitiendo que operen las leyes del mercado.

Un buen gobierno debe abrir las puertas del país a la inversión extranjera, agilizar los trámites, para que los inversionistas se sientan cómodos y seguros y que nuestro país salga del alto endeudamiento externo en el menor plazo posible y tener la solvencia fiscal para invertir más en seguridad, salud y educación.

La seguridad en nuestro país juega un papel trascendental; y para alcanzar nuestra meta económica de inversión, el nuevo gobierno debe esforzarse arduamente para minimizar a lo máximo el impacto del pernicioso flagelo de la delincuencia. La seguridad y el desarrollo están relacionados, no se puede tener un desarrollo exitoso si no hay seguridad.

Según parece, el principal obstáculo para reinsertar a los pandilleros es económico. Los pandilleros se sostienen del dinero de las “rentas”, si se reintegran, abandonando esa vida al margen de la ley la gran interrogante es: ¿De qué vivirán?

Otro rubro importante es la educación de nuestros jóvenes, quienes están estrechamente relacionados con el crecimiento económico; en otras palabras, cuantos más profesionales especializados contemos, seremos más competitivos para enfrentar la demanda de mano de obra calificada necesaria para los nuevos proyectos de inversión.

Se debe también mejorar y garantizar un aumento en la producción agrícola que es otro punto valioso para el empleo en el campo y asegurar que el precio de la canasta básica se mantenga lo más bajo posible.

Quiera Dios que el nuevo gobierno enfrente el déficit fiscal no por la vía de nuevas cargas tributarias, sino también por la vía del gasto, reduciendo gastos innecesarios o suntuosos.

Celebro la actitud dialogante tanto del presidente electo profesor Salvador Sánchez Cerén, como del presidente de la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP) ingeniero Jorge Daboub, esperando que ese diálogo franco produzca un fruto positivo para El Salvador.

*Analista económico.