¿Regreso al pasado en Venezuela?

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Entre los privilegios que habrían recibido algunos cabecillas de las pandillas fue el ingreso de mujeres y telefónos celulares.

/ Foto Por Archivo

Por Por Rodolfo Chang Peña**Doctor en Medicina. Colaborador de El Diario de Hoy.

2014-03-07 6:05:00

Los ideales revolucionarios por los cuales luchaban hace unos cuarenta años han pasado a segundo plano y mucho menos defienden su ideología con argumentaciones filosóficas e intrincados análisis sociales. El revolucionario de nuevo cuño es menos estudioso, más oportunista y lo que antes atacaba ahora lo hace si le conviene políticamente.

En ese sentido no extraña que algunos dirigentes de izquierda apoyen con entusiasmo la represión desatada por el presidente Maduro en Venezuela. Hasta ahora 18 fallecidos, 261 lesionados y 1,000 detenidos. ¡Qué rápido cambian los papeles! Esto me recuerda a la matrona vendedora de chicharrones en el mercado, por cierto rodeada de imágenes del Sagrado Corazón de Jesús, Che Guevara y Shakira, que atacaba con severidad la prostitución y a las servidoras del sexo pero cuando alguien le dijo que su hija andaba en malos pasos, respondió airada: -¡Yo no la puedo juzgar, ustedes tienen la culpa por magnificar su conducta y últimadamente no se metan en lo que no les importa!

En Venezuela la gente protesta en las calles por la restricción de libertades, por la injerencia de La Habana en los asuntos del país, por las dádivas preferenciales a los allegados a la dictadura, porque están regalando el petróleo, por la persecución y encarcelamiento de adversarios políticos, por el mercado negro, por el cierre de los medios de comunicación que no se alinean con el régimen, por la escasez de alimentos y artículos de primera necesidad, por la galopante devaluación de la moneda, por las compras millonarias de armas a Rusia y China en lugar de abastecer la canasta básica, por el abuso del poder, el colapso económico y el endeudamiento del país, solamente a China le deben más de 40,000 millones de dólares.

Los hechos anteriores obviamente no se pueden borrar con marchas callejeras de apoyo y el gobierno responsable de esa crisis nunca podría ser “el faro de luz que ilumina América”, a menos que le demos “vuelta de gato” al sistema de valores de la humanidad. Con esa nueva lógica debe considerarse normal proveer de cementerios a los pandilleros para que no anden regando cadáveres por todas partes, subsidiar a los narcotraficantes para abaratar el narcomenudeo y adiestrar a los violadores en serie para convertirlos en instructores de sexualidad.

Está visto que algunos políticos criollos sueñan con montar en el país un modelo chavista adaptado a la idiosincrasia salvadoreña, es decir machista, folclórico, empírico, bochinchero, impuntual, populista, conflictivo, con avances y retrocesos por su falta de idoneidad, resentido contra los ricos pero queriendo vivir como ricos y salvaguardados por legiones de pandilleros subsidiados. ¿Será que hay ciudadanos a quienes les vale un comino que se instaure un gobierno despótico que estatice las instituciones como en Corea del Norte, haga desaparecer el ISSS para fusionarlo con MINSAL, confisque los hospitales privados para integrarlos a un sistema único, obligue a médicos y odontólogos a cobrar sólo el 10% de lo que cobran actualmente, que utilice la violencia para reprimir las manifestaciones callejeras y que encubra los excesos y desviaciones de sus funcionarios? Una cosa está clara, los grupos antimotines de elite y paramilitares armados que reprimen a los manifestantes en Venezuela en nada se diferencian de los odiados cuerpos represivos de los gobiernos militares del pasado.