La presencia maternal de María en Lourdes, Francia

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elsalvador.com

Por Por Oscar Rodríguez Blanco, s, d, b.*

2014-02-07 6:02:00

Con frecuencia, oímos hablar de supuestas apariciones de la Virgen María en varios lugares del mundo. Esto atrae la atención de muchas personas sensibles a estos hechos. Estos fenómenos que se dan con frecuencia, han de ser tomados con prudencia ateniéndose al parecer del Magisterio de la iglesia, y a lo que la teología pueda decir, sobre estos hechos. Existen apariciones que han gozado siempre de la aceptación popular y eclesial, e incluso, han llegado a formar parte de las celebraciones litúrgicas de la iglesia. Entre ellas, se encuentran las apariciones de Nuestra Señora de Guadalupe, de Lourdes y de Fátima.

Para un recto discernimiento de las diversas apariciones, la iglesia señala algunos criterios para no caer en confusiones y falsas especulaciones: 1.El cristiano es una persona abierta a las manifestaciones y revelaciones de Dios y de María. 2. Las principales manifestaciones de Dios se han dado en la creación, en las historia de nuestra salvación y en la persona de Jesucristo que es la absoluta, plena y definitiva revelación de Dios. 3. María y los santos se pueden manifestar a algunas personas pero debe considerarse como una revelación privada. Esta revelación debe estar en armonía con la iglesia y debe subordinarse al juicio que sobre ella dé el Magisterio. 4. Para juzgar la veracidad de este tipo de apariciones, a las personas videntes se les tiene en cuenta su salud física y mental, su vida honesta y recta, la correspondencia de la fe con los mensajes recibidos, las buenas obras que se producen a su alrededor, no con fines de lucro o de negocio. 5. No estamos obligados a creer en las revelaciones. La fe que debe ser creída es la fe de la iglesia.

Las apariciones de Nuestra Señora de Lourdes llenan los requisitos puestos por la iglesia. La fiesta tiene un alcance universal, y en la religiosidad popular el aprecio es evidente. La vidente, Bernardita Soubirous es una jovencita de 14 años a la que la Virgen le sonríe y le hace señales para que se acerque. Fueron unas 18 apariciones que se caracterizaron por la sobriedad en las palabras de la Virgen, y por el hallazgo de una fuente de agua que brotó inesperadamente, junto al lugar de las apariciones. Fueron apariciones que hasta el día de hoy siguen originando innumerables peregrinaciones, muchas conversiones y auténticos milagros obrados por Dios por intercesión de la Virgen de Lourdes. Es un lugar de oración, de confianza en Dios y en la poderosa intercesión de la Virgen María. Lourdes a mediados del Siglo XIX era un pueblo insignificante, ahora es centro de peregrinaciones que llegan de todo el mundo. Aquí se patentiza una dimensión fundamental del evangelio: La predilección de Jesús por los pobres y los enfermos.

La Virgen, a petición de Bernardita, se identifica con un nombre: “Yo soy la Inmaculada Concepción”, dogma declarado por el Papa Pío IX el año 1854. La petición a Bernardita se repetirá en las diversas aperciones: “Ruega por la conversión de los pecadores y haz penitencia”. Es un lugar que ha sido visitado por los Papas Juan XXIII y Juan Pablo II. que con su presencia han reconfirmado los mensajes del cielo. La Virgen María, dijo el Beato Juan Pablo “viene a salvar a los pecadores”.

*Sacerdote salesiano.