Costa Rica a “segunda vuelta” en abril

descripción de la imagen

Por Por Ricardo Esmahan*

2014-02-03 5:00:00

El domingo pasado también los costarricenses ejercieron el sufragio para elegir Presidente. Los resultados reportan que ningún partido logró alcanzar el 40% de las preferencias para definir ganador. Los dos principales contendientes van a segunda vuelta el 9 de abril.

La democracia de Costa Rica reporta los siguientes resultados: el Parido Acción Ciudadana 30.8%, el Partido Liberación Nacional 29.7%; sus candidatos contenderán en la segunda jornada electoral. Ambos con el voto del 60.5% de los ciudadanos.

El restante 39.5% optó este domingo por otros candidatos. Frente Amplio 17.2%, Movimiento Libertario 11.1%, y Unidad Social Cristiana 6.1% de la votación.

Costa Rica disfruta de una democracia que ofrece a la ciudadanía opciones atractivas de candidatos y programas, que exige a los partidos en contienda su máximo esfuerzo para presentar una oferta política que encante a su electorado. Su contienda electoral no se basa en aparatos partidarios fuertes, organizados y disciplinados. Tampoco se basa en el derroche de millones de dólares para ideologizar o montar una campaña electoral de saturación. Sus partidos deben mostrar al electorado un buen programa y la garantía de contar con personas capaces para llevarlo a cabo. Deben convencer con la razón y no con el engaño y el miedo.

Los dos candidatos que van a segunda vuelta el 9 de abril, Luis Guillermo Solís (30.8%) y Johnny Araya (29.7%), tienen prácticamente 2 meses para enfrentar el reto de persuadir, encantar y lograr el voto del 39.5% del electorado que no votó por ellos este 2 de febrero. Con planteamientos convincentes, no ideológicos, no por miedo y desprestigio del adversario. Mostrar ser el mejor para gobernar, que puede conformar el mejor Gabinete, capaz de resolver los problemas torales de Costa Rica.

Una lección de democracia y de un sistema de partidos políticos de vieja data.

Costa Rica es buena lección de contraste con nuestra realidad política y electoral. Ambas democracias tuvimos elecciones presidenciales este 2 de febrero. Veamos el contraste.

El FMLN logró el 48.9% de la votación y ARENA el 39.0%, y van a segunda vuelta prácticamente en un mes, el 9 de marzo. Ambos con la lealtad del 87.9% de los electores que emitieron sufragio.

El restante 12.1% de los votantes fueron seducidos prácticamente por un partido,

UNIDAD, que logró el 11.4% de los votos. El 0.7% de los votantes optaron por los otros 2 partidos en contienda.

Nuestra joven democracia se sustenta en dos partidos fuertes, organizados y disciplinados. Enfrentados en una campaña donde el programa y la calidad de las personas para ejecutarlos es lo de menos. Nuestro sistema de partidos políticos se puede dar incluso el lujo que un partido político lance un candidato que ni hablar puede, con tal que sea confiable para la cúpula partidaria; esconderlo de la vista pública y hasta de su militancia y simpatizantes, seguros que los votos ideológicos se tendrán. Se evade el debate y la campaña electoral se fundamenta en estrategias de gran populismo y desgaste de su adversario principal.

Una realidad política propia de una democracia joven, que además se enfrenta al dilema: el perfeccionar la democracia o someterla a objetivos partidarios, una dictadura de partido.

El reto de segunda vuelta en las elecciones en El Salvador está centrado en la persuasión del 12.1% del electorado, motivar al voto nulo y al ciudadano que se abstuvo de votar, desencantados por la campaña de mutuo desprestigio y expresiones de odio. Invalidar la estrategia signo de esta elección: “todos contra ARENA”, vencer la influencia extranjera de millones de petrodólares y la utilización no corporativa, sino partidaria del Estado.

El reto de la segunda vuelta es político, no electoral.

*Colaborador de El Diario de Hoy.