¿Quiere darle más poder a los políticos?

tres sistemas económicos Para tomar su decisión en las próximas elecciones evalúe lo que, respecto a sistemas económicos, los dos candidatos y partidos dicen y han dicho, hacen y han hecho. Sea astuto y trate de descifrar por cuál de esos tres sistemas económicos se inclinan

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¿Quiere darle más poder a los políticos?

Por Por Daniel Olmedo*

2014-02-19 6:01:00

¿Está desencantado de los políticos?

Si su respuesta es sí, seguramente rechazará darles más poder. Incluso, si no me equivoco, usted aprobaría medidas para reducirle el poder y la discrecionalidad a los políticos.

Pues quitarle o darle más poder a esos señores depende, en buena medida, del sistema económico que se tenga.

En un sistema de libre mercado los políticos no meten mano. Y si la meten, es en casos excepcionales.

En una economía de mercado los políticos que administran el Estado no otorgan privilegios a ningún empresario. La economía es abierta y no existen barreras para que entren al mercado empresarios extranjeros o emprendedores nacionales.

En ese escenario el consumidor gana. Sin privilegios de políticos ni límites a la entrada de nuevos inversionistas, la competencia se potencia. Y competencia significa que varios empresarios se pelean por usted. Para conseguirlo, cada uno le ofrecerá mejores productos, mejores precios. El empresario abusivo o que venda algo caro o de mala calidad, pierde. Usted lo rechazará y buscará a otro.

La competencia le da el poder a usted: el consumidor; no a los políticos.

Por eso la competencia y el liberalismo no le gusta a algunos empresarios, pues les quita el control para imponer unilateralmente los precios. Y tampoco le gusta a algunos políticos, porque les reduce el poder de controlar la economía y usarla para privilegiar a sus empresas, a las de sus amigos o a las de su partido.

Por otra parte está el mercantilismo. Es el capitalismo de cheros. Un sistema económico perverso.

Ahí el éxito no lo obtiene el que gana una competencia por ser más eficiente y ofrecer mejores y más baratos productos al consumidor. Lo logra el empresario (o más bien, el mercader) que logra hacerse amigo del político de turno y obtiene privilegios. En ese sistema un empresario innovador y eficiente nunca podrá ganarle al mercader que le presta un jet al político de turno.

El mercantilismo es todavía más perverso cuando el político o la cúpula de un partido político, además de controlar los hilos del Estado, tiene una empresa o un grupo empresarial. En esos supuestos los políticos no usarán el poder para favorecer a las empresas de sus amigos, sino para privilegiar a las propias.

El último sistema económico es el socialismo. Ahí no hay empresarios ni mercaderes. El Estado (es decir, los políticos que lo controlan) realiza las actividades económicas de manera directa.

Es el sistema en que más poder se entrega a los políticos. Controlan todo. El éxito no está, ni siquiera, en ser amigo del político, está en volverse político y entrar al círculo íntimo del politburó.

En ese sistema los consumidores no pueden gozar los beneficios de la competencia. Ya no hay empresarios que se peleen por él. El Estado es el único proveedor, así que el consumidor se aguanta. El socialismo es monopolio.

De manera que tiene frente a usted tres sistemas económicos: el liberalismo, el mercantilismo y el socialismo.

En el liberalismo los empresarios compiten por el favor del consumidor. En el mercantilismo los mercaderes compiten por el favor del político. Y en el socialismo no se compite, los políticos monopolizan todo.

Para tomar su decisión en las próximas elecciones evalúe lo que, respecto a sistemas económicos, los dos candidatos y partidos dicen y han dicho, hacen y han hecho. Sea astuto y trate de descifrar por cuál de esos tres sistemas económicos se inclinan. Abstráigase de simpatías o antipatías emocionales. Medítelo, y en silencio responda a esta pregunta: ¿A cuál de esos dos partidos políticos será más fácil limitarle el poder?

*Especialista en competencia.

@dolmedosanchez