Vínculos y prácticas malignas

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Las familias de comunidades del volcán siguen viviendo en zozobra porque la actividad del coloso sigue alta. foto EDH / carlos segovia

Por Por Carlos Ponce*

2014-02-18 6:03:00

El fin de semana pasado, como lo consigna un rotativo matutino, fue el día más violento de los últimos cuatro años, superado únicamente por los treinta y cinco homicidios registrados el veinte de junio de 2010. El director del Instituto de Medicina Legal, doctor Miguel Fortín, señaló que es importante considerar el contexto en que esta cifra se reporta y explicó que las estadísticas revelan una tendencia alcista desde julio de año pasado.

En este convulsionado escenario, además se han suscitado incidentes que sugieren que la situación es más compleja que la que se puede inferir sólo haciendo referencia a variaciones en la cantidad de agresiones letales registradas. La semana pasada, por ejemplo, miembros del dispositivo de seguridad que custodia al diputado del FMLN Orestes Ortez, asesinaron a presuntos pandilleros que fueron encontrados sin vida al interior de un vehículo propiedad del hijo del funcionario. La versión oficial de los hechos presenta varias contradicciones, hay elementos que no son congruentes con otros. Un periodista que cubre el área de seguridad, adicionalmente, detalló en su cuenta de Twitter que los supuestos pandilleros ostentaban posiciones de mando en una de las clicas más influyentes de una de las principales pandillas.

Este incidente, en el que se vincula a poderosos políticos oficialistas con cabecillas pandilleros, cobra aún más relevancia al considerar las recientes denuncias en relación a supuestas acciones desarrolladas por las pandillas, orientadas a amedrentar a los residentes de sus comunidades para que voten por el FMLN y no por el partido de oposición, ARENA. Además de que esto ha sido denunciado por dirigentes de oposición, varios periodistas han reportado en sus cuentas de redes sociales incidentes particulares que van en esa misma línea.

El contenido de las grabaciones filtradas a los medios de comunicación –en las que fiscales interrogan a exfuncionarios de este Gobierno que revelan escalofriantes detalles sobre una oscura negociación entre el Gobierno y las estructuras de mando pandilleras– sugiere que en efecto existen vínculos entre funcionarios afines al FMLN y las pandillas, y, por lo tanto, la existencia de una alianza de naturaleza electoral es una posibilidad real.

La situación se vuelve aún más preocupante cuando se estudia a los funcionarios del gabinete de seguridad. Al examinar su comportamiento, es evidente que existe una carga política-partidaria en su trabajo que nubla y daña la labor técnica. El ministro de Justicia y Seguridad Pública, Ricardo Perdomo, por ejemplo, a pesar que se esconde ante momentos complicados para la seguridad del país, no tardó en instrumentalizar todo el aparato de seguridad para dar una conferencia de prensa de carácter político, que llevaba como finalidad brindar fundamento a una acusación política hecha por el presidente de la República con un objetivo electoral en el caso de J. J. Rendón.

El director de la Academia Nacional de Seguridad Pública, Jaime Martínez, es otro ejemplo lamentable. Este funcionario se la pasa utilizando las redes sociales para enviar mensajes agresivos, con una clara orientación política y afinidad al partido oficial. Mientras él estaba en un programa radial, aproveché para enviarle un mensaje en Twitter, preguntándole si pensaba que era correcto que los funcionarios mandaran mensajes políticos durante horas laborales. Al aire me contestó, en pocas palabras, que las condiciones se lo permitían. Lamentable.

La dinámica delictual está más complicada que nunca, ya que ahora tiene una marcada dimensión política. En este difícil escenario, los funcionarios han transformado al aparato de seguridad en un instrumento utilizado para la política partidaria. Los problemas críticos del país nunca se arreglarán si esta mecánica continúa. Especialmente la crisis en seguridad pública. Si la influencia política sobre el crimen trasciende períodos presidenciales, el daño causado alcanzará nuevos niveles y será difícilmente reversible en el corto o mediano plazo.

*Criminólogo

@cponce_sv