Importancia de votar el próximo 2 de febrero

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El delantero jamaicano no pudo debutar con la UES la primera fecha. Foto EDH/Archivo

Por Por Claudia Umaña Araujo*

2014-01-21 6:05:00

Las elecciones presidenciales están a escasos días. Se han gastado grandes cantidades de dinero en campañas de los diferentes partidos políticos. Se han presentado caras amables de políticos, buscando atraer a los votantes. También se han dado, por primera vez, foros televisivos con los candidatos a la Presidencia y Vicepresidencia. En los medios de comunicación, las estrategias de atracción de votos han sido variadas, cambiantes y visualmente llamativas.

Sin embargo, ha habido a la vez, una campaña paralela en la que se ha dado toda una serie de acciones de manipulación de las instituciones y confrontaciones viscerales que contrastan con la propaganda alegre y musical. Esto ha puesto de manifiesto que el país debe continuar profundizando las reformas en materia de transparencia, pues, el manejo de los fondos vinculados a la política continúa siendo discrecional e irregular, tanto por esta Presidencia, como las pasadas. Las instituciones vigilantes de los fondos públicos deben ejercer mayor control.

Dentro de los derechos políticos que tenemos los salvadoreños está ejercer el sufragio, según el Artículo 72 de la Constitución; pero también es un deber ciudadano, de acuerdo al Artículo 73. El sufragio es una expresión política de la voluntad individual. En cada elección se da la oportunidad de ejercer una participación ciudadana de grandes consecuencias, como lo es la designación de los representantes del pueblo, en este caso a nuestros mandatarios. Es un momento crucial para reflexionar sobre el futuro del país, para evidenciar la aprobación o rechazo a ciertos actos de gobierno, para salir de la frustración y para pasar a la acción, luego de haber hecho un análisis racional de las opciones.

El sistema electoral es una pieza fundamental de la democracia y en los próximos días se espera que funcione a la altura del momento. Requerimos un Tribunal Supremo Electoral fuerte, imparcial y profesional, así como a un cuerpo electoral activo, conformado por todos los ciudadanos capaces de emitir el voto. También esperamos contar con una participación de organismos internacionales, delegaciones extranjeras y gobiernos amigos, como observadores electorales para asegurar un buen escrutinio público. Todo lo anterior con el propósito de asegurar la pureza y transparencia que requiere el proceso electoral, lo cual dará confiabilidad.

Se debe valorar que hay una cantidad importante de indecisos que no han sido cautivados por las propuestas de los partidos políticos, permaneciendo frustrados y desencantados. Es importante que salgan las personas a votar por su preferencia partidaria. Estamos en un momento crucial y serio para el rumbo de nuestro país. Preocupa el que no haya habido campañas para incentivar al voto. El Tribunal Supremo Electoral ha fallado contundentemente en esta materia, pues sus esfuerzos han sido deficientes. Lo peor que puede pasar es que queden resultados muy estrechos, así que la mejor garantía para todos, es votar para que las preferencias electorales sean evidentes.

Vargas Llosa escribió para otro contexto, unas líneas apropiadas para este momento: “Lo prototípico de una elección tercermundista es que en ella, todo, parece estar en cuestión y volver a fojas cero, desde la naturaleza misma de las instituciones hasta la política económica y las relaciones entre el poder y la sociedad. Todo puede revertirse de acuerdo al resultado electoral y, en consecuencia, el país retroceder de golpe, perdiendo de la noche a la mañana todo lo ganado a lo largo de los años… Por esto lo característico del subdesarrollo es vivir saltando, más hacia atrás que hacia adelante, o en el mismo sitio, sin avanzar“.

Se derramó mucha sangre para lograr la joven democracia que hoy tenemos y que debemos cuidar. Debemos demandar políticas de Estado serias que respeten la institucionalidad democrática. En los últimos años hemos sido testigos de múltiples embates a dicha institucionalidad. Ante ello, debemos preguntarnos ¿cuál de los partidos ofrece estabilidad a la democracia? ¿Cuál está realmente comprometido con ella? Si bien es perceptible una amplia opinión sobre la necesidad de mejorar la actuación en todos los partidos políticos, también es cierto que algunas opciones no tienen vocación democrática, como aquellas cercanas al Socialismo del Siglo XXI. Esta elección es determinante para el futuro de la democracia y se corre el riesgo de retroceder de golpe, tal como señala Vargas Llosa al referirse a las elecciones tercermundistas.

*Columnista de El Diario de Hoy.