Escenarios políticos

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El procedimiento policial tras recuperar el vehículo, cerca del rancho Navarra, generó fuerte tráfico. Foto EDH / O. Carbonero

Por Por Eduardo Torres*

2014-01-17 6:05:00

Diez días quedan de sobresaturación publicitaria para un país exhausto, ansioso por lo cerrado de la campaña a pesar del predominio del oficialismo en la agenda mediática, que como producto de su estrategia ha logrado dejar a un lado la criminalidad (problema número uno de los salvadoreños), la falta de empleo y oportunidades, los precios de la canasta básica, las trabazones, la falta de medicinas en los hospitales, la discusión del rumbo país. En cuanto a spots y cuñas publicitarias, el predominio del oficialismo ha sido mayor, por los recursos con los que cuenta. La pregunta entonces a este momento debería ser: ¿por qué a pesar de todo lo visto, está así de cerrada la lucha?

Por lo menos a partir de ahora ya dejarán de aparecer encuestas para todos los gustos y sabores, a menos que se viole la legislación electoral. Y en diez días que termine la campaña, habrá un tiempo prudencial para que cada quien tome su decisión, para los que no la han tomado todavía. Hasta cierto punto creo comprender la natural actitud de quienes viendo el desempeño de nuestra clase política han venido manifestando indignación, apatía, frustración. Y ya en plena campaña han argumentado “no gustarles el (o los) candidato(s)”, o “no haber escuchado propuestas”, por lo que con simpleza manifiestan que no irán a votar. ¡Cuidado! Estarás dejando que otros decidan por ti.

Por su origen, el oficialismo ha tenido siempre un voto duro más militante que el de la oposición y en esta campaña parecería haber llegado ya a su techo, por lo que no ir a votar es facilitarles el resultado. Vota por quien quieras, no voy a salir con el trillado argumento de que “es un derecho y un deber”, lo cual por supuesto que es así. Mi punto, sin embargo, es que tu voto cuenta, ejércelo por quien consideres que vía institucionalidad democrática y sociedad civil, se podrá enmendar lo que no esté resultando bien en el próximo gobierno o necesite corregirse en el próximo y en los sucesivos gobiernos. Porque esa posibilidad es la que perdieron en Cuba y está en noche oscura en Venezuela.

Hace 30 años, en un viaje de promoción de la democracia en El Salvador (speaking tour), conocí a un octogenario cubano en Chicago, quien me dijo que fue profesor de Fidel Castro en La Habana. Su comentario, me marcó: “Lo importante hijo, es que se respeten las instituciones (democráticas), el pueblo puede equivocarse pero si se respetan, cuatro, cinco, seis años después rectifica. Esa posibilidad fue la que perdimos en Cuba”. Una sola jornada le vi, pero ya a la medianoche rumbo al hotel me contó que su esposa había muerto, enviudó, y que sus dos hijos cubano americanos le decían papá, olvídate ya de Cuba, cómo habría de ser, manifestó… eran tiempos aquellos del “Socialismo real”.

Desde el punto de vista estratégico dicen los politólogos que en las segundas vueltas se replantean los escenarios políticos, cuando no quedan resultados contundentes como, por ejemplo, Michelle Bachelet en Chile hace unas cuantas semanas. Dos semanas faltan para la elección de este 2 de febrero y la principal ventaja que desde mi punto de vista lleva el oficialismo sobre la oposición acercándonos a los cierres de campaña, es de carácter psicológico. Que no se haya despegado el uno del otro puede generar algún tipo de sorpresa, asumiendo que ambos cubran como se espera el día “D”.