No hizo falta dinero… se presume sobró corrupción

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Residentes en los alrededores del nuevo relleno, volvieron a protestar. Foto EDH / Milton Jaco

Por Por Guillermo Guido*

2014-01-28 6:01:00

Cuando estamos a cuatro meses para que este partido termine de gobernar a nuestro país, un solo dato revela la terrible incapacidad y la insaciable voracidad de ganancias personales de los funcionarios. En estos 56 meses de la administración del Sr. Funes, el gobierno ha recibido aproximadamente 19,750 millones de dólares provenientes de los impuestos, donaciones y préstamos, convirtiéndose en el gobierno que más dinero ha recibido en toda la historia del país. Para cualquier país de Centroamérica, este es un ingreso fuertísimo y para El Salvador lo es mucho más.

Entonces, ¿qué pasó con las obras sociales, con la reducción de la delincuencia, con el mantenimiento de la infraestructura del país, con la inversión pública y la reactivación económica que prometieron hacer?

No se puede hablar de desarrollo y progreso por haber reparado 500 o 600 km. de calles y carreteras (según dice el gobierno), ni por estar construyendo un hospital o por haber inaugurado 4 ó 5 “ciudad mujer”. Tampoco puede calificarse como progreso, haber despedido a miles de empleados calificados del gobierno, para luego dar trabajo a correligionarios y fanáticos del FMLN con mejores y mayores salarios y que aún no han logrado llegar a conocer cómo hacer su trabajo. Parece que la falla va por ese rumbo. El programa de regalar útiles y zapatos a escolares no ayudó en nada a mejorar la educación, pues se abandonaron por completo a las escuelas y centros de estudio, habiéndose deteriorado la mayor parte de ellas hasta convertirlas en verdadero riesgo para los niños, que no pueden recibir sus clases ni contar con los servicios mínimos de agua, luz techo y mobiliario. Además la deserción de alumnos y maestros ha sido enorme debido a los ataques, amenazas y acoso de los pandilleros. Los hospitales nacionales y el Seguro Social han padecido durante todo este gobierno la falta de medicinas, equipos, camas, insumos y maltrato hacia los ciudadanos, con lo cual la salud nacional se ha mantenido en permanente crisis. Los pandilleros se fortalecieron, se reorganizaron y crecieron más del doble (de 20,000 en el 2008 a 45,000 actualmente), obteniendo más libertad para repartirse colonias, pueblos y cantones como territorios bajo su control, en los cuales pueden matar, robar extorsionar y aterrorizar a sus habitantes en completa impunidad. La economía del país llegó al nivel más bajo de toda Latinoamérica y la institucionalidad del país se ha desprestigiado a raíz de actuaciones inconstitucionales de funcionarios del gobierno que compraron voluntades para obtener el apoyo y la aprobación de otros políticos.

Entonces es fácil llegar a la conclusión que la enorme cantidad de dinero del que a dispuesto el gobierno durante toda esta administración, se ha gastado en primer lugar en pagar salarios a una enorme cantidad de empleados públicos cuya mayoría fueron contratados por el FMLN sólo para llenar las instituciones del Estado con personas fieles al partido; también se incrementaron desmedidamente los salarios y otras prestaciones para todos aquellos que se consideran “personal de confianza”. Pero, además, hemos visto cómo se a despilfarrado el dinero, en gastos innecesarios y que el gobierno del FMLN impuso desde la llegada al poder, como son: compra desenfrenada de vehículos caros para uso de ministerios, viceministerios, Asamblea Legislativa, Presidencia, Corte de Cuentas y todas las instituciones y oficinas nuevas que se han creado; a esto hay que agregar los gastos de viajes, almuerzos, celebraciones, regalos navideños, obsequios especiales, pagos a guardaespaldas, asesores, familiares, amantes, colaboradores y comisionistas. También hay que mencionar los millones de dólares repartidos en bonos que se dan hasta 2 veces por año, para mantener al empleado burócrata a gusto, más otras exigencias desmedidas que hacen los sindicatos y otros gastos fuertes, como es la contratación de personal extranjero como “médicos” cubanos, “asesores” venezolanos y publicistas y analistas brasileños.

Aún así, queda un remanente de millones que no se pueden controlar ni justificar y que se gastan por medio de casa presidencial o por “compras por libre gestión” de ministerios, Seguro Social y otras dependencias gubernamentales.

A este gobierno no le faltó dinero… le sobró corrupción. Por eso estamos peor que antes.

*Colaborador de El Diario de Hoy.