Volvemos al tema de la educación, más allá del vaso de leche lll

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La empresa privada también ha ayudado en Ahuachapán. Juntos invirtieron $139,774 para hacer un conjunto de plazas.La cooperación coreana ayuda a la alcaldía de Ahuachapán a edificar centro de prevención de la violencia. Inversión será de $2.3 Mlls. foto edh / ROBERTO ZAMBRANO

Por Por Ricardo Chacón *

2013-12-21 6:04:00

Durante varias semanas he presentado algunas reflexiones sobre la poca importancia que dan los partidos políticos al tema de la educación, particularmente señalando que si de promesas hablamos, los actuales candidatos han hecho un variopinto coctel de propuestas que van desde el vaso de leche universal, vaso de leche con café, desayuno completo para todos los estudiantes hasta una universidad en línea sin haber una legislación que apruebe esto, y por supuesto, ofrecer clases de inglés, más cien dólares a los jóvenes.

Quiero seguir con el tema, entre otras razones, porque recibí dos correos electrónicos que muestran que, a lo mejor, no he sido suficientemente claro en el tema de fondo; me explico, una persona del FMLN y otra, de ARENA, me escribieron de manera coincidente, para plantearme dos cuestiones: una, me remitieron a sus programas partidarios para mostrarme que sí les interesa el tema educativo, y dos, me hacen ver que sus propuestas están “bien pensadas” y que toman en cuenta el financiamiento posible.

En verdad los programas del FMLN y de ARENA se refieren al tema educativo, no obstante ninguno tiene una visión de mediano y largo plazo de lo que se quiere lograr con la educación como uno de los ejes estratégicos fundamentales para que El Salvador se suba al tren del desarrollo y lograr mejores niveles de vida para sus habitantes.

Y cuando me refiero a una visión de mediano y largo plazo implica no solo los principios filosóficos de la sociedad y el hombre que queremos construir, sino también los valores que se pretenden impulsar, pero sobre todo, concebir la educación como una práctica transversal que toca todos los aspectos de la vida, de manera especial el productivo. Este último requiere, además, de recursos materiales, tecnológicos y financieros, así como la participación de los diferentes sectores de la vida nacional. Es preciso, por tanto, comprender que se trata de procesos de largo aliento donde los gobiernos, sin importar el color político, se comprometan a darle continuidad.

Permítanme ilustrarlo con un par de ejemplos: en el período 1994-1999, durante la gestión de Cecilia Gallardo y Abigaíl Castro, se plantearon con bombo platillo programas como SABE, EDUCO, PAES, Colección Cipotes, Reforma curricular constructivista, escuelas saludables; ahora, en el período 2009-2014, bajo la gestión de dos ministros a tiempo parcial, el primero vicepresidente Salvador Sánchez, y el segundo, el secretario estratégico de la presidencia, Franzi Hasbún, prácticamente han desechado y han puesto en el baúl de los recuerdos estos programas que tuvieron su lógica, su inversión y su incidencia positiva en la educación salvadoreña. En cambio se levanta ahora lo de los útiles escolares, zapatos, uniformes, el vaso de leche y, en los últimos meses, se le ha dado gran bombo a lo de la escuela inclusiva de tiempo pleno, un programa financiado por el gobierno italiano y que pretende convertirse en el programa estrella de llegar un nuevo gobierno del FMLN. Díganme ustedes lectores, ¿dónde queda la continuidad en el tema educación? Todavía más, me pregunto, de ganar la presidencia ARENA, ¿se retomará lo de la escuela inclusiva de tiempo pleno o tendrá el mismo fin de EDUCO, aniquilado definitivamente en la actual gestión?

Cada vez surgen más interrogantes que sin duda no son abordadas por los políticos en sus planes de gobierno: como lo plantea la periodista española Rosetta Forner en una publicación del periódico “La Razón”, si el maestro tuviese libertades para desarrollar su labor “adaptándose” a la singularidad de sus alumnos. Si los padres inculcasen a sus hijos que el “saber no ocupa lugar” pero ayuda a labrarse un porvenir, a tener un futuro con posibilidades . Si los niños viesen menos telebasura y dedicasen más tiempo al juego tradicional, que despeja neuronas, fomenta la creatividad y el ser resolutivo. Si aceptásemos que la “escuela de la vida” no suspende o aprueba de manera independiente de las notas que sacamos en clases. Más allá de las matemáticas, está el aprender a triunfar en la vida. Más allá del “género” están las peculiaridades y singularidades de cada uno de nosotros: ni todas las niñas son peores que los chicos en matemáticas, ni todos los chicos son peores en lectura que las chicas. Cada cual tiene sus capacidades. Lo importante es aprender a sacarle el mejor partido al “libro de instrucciones” que llevamos dentro.

*Editor Jefe de El Diario de Hoy.

ricardo.chacon@eldiariodehoy.com