Aniversario de la Constitución de 1983

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Por Por Luis Nelson Segovia*

2013-12-15 5:00:00

Hace treinta años se vivían hechos de gran conmoción en la historia del país, se libraba una guerra fratricida que se profundizaba y en ese entorno se conformó una Asamblea Constituyente para restablecer el orden jurídico constitucional, y después de arduo trabajo el 15 de diciembre de 1983, los representantes del pueblo reunidos en Asamblea Constituyente en el ejercicio de la potestad soberana y primigenia, decretaron sancionaron y proclamaron la Constitución de la República que entraría en vigencia partir del 20 de diciembre de 1983,

La Asamblea Constituyente impregnada de ese deseo nacional de la búsqueda de la tan ansiada paz abrió la esperanza para reconciliar a la sociedad salvadoreña mediante la creación de un nuevo orden jurídico constitucional, proclamando “establecer los fundamentos de la convivencia nacional” mediante un amplio pluralismo político democrático. Ideal que no podía realizarse en forma inmediata porque la Asamblea Constituyente no estaba conformada con todo el espectro político haciendo falta los alzados en armas.

La Constituyente con mucha madurez estableció valiosos principios fundamentales para la convivencia y especialmente abrió el camino para la incorporación de los sectores desafectos. Entre los principios importantes de esta nueva Carta Magna, que en mis ensayos he llamado la Constitución pluralista, reconoció a la persona humana como el origen y el fin de la actividad del Estado para la consecución de los tres grandes valores de justicia, seguridad y bien común, reconoció un sistema político pluralista con un gobierno republicano, democrático y representativo, se estableció el control de la constitucionalidad por medio de la Sala Constitucional como único tribunal competente y se concedió mayor flexibilidad para la reforma constitucional en un proceso ordenado, determinando que no podrán reformarse los artículos que se refieran a la forma y sistema de gobierno, al territorio de la República y a la alternabilidad en el ejercicio de la presidencia. Lo que se ha dado en llamar cláusulas pétreas.

Con la negociación para firmar los Acuerdos de Paz había necesidad de reformar la Constitución en los temas convenidos en las negociaciones sobre el sistema judicial, dándole mayor protagonismo a la Sala de lo Constitucional como efectivamente sucede en la actualidad, reorientar el Consejo Nacional de la Judicatura, Escuela de Capacitación Judicial y Ley de la Carrera Judicial, el aspecto electoral, los Derechos Humanos con la creación de la Procuraduría de los Derechos Humanos y el tema más sensible de la separación de la Seguridad de la Fuerza Armada y la creación de la Policía Nacional Civil. Finalmente la prudencia, sensatez y respeto a la institucionalidad prevalecieron y así se aprobaron las reformas puntuales de 1991, ratificadas en 1992 conforme el procedimiento establecido en la Constitución. Requeridas por los Acuerdos de Paz.

Estos dos pactos sociales, la Constitución original de 1983 y las reformas provenientes de los Acuerdos de Paz constituyen nuestra Carta Magna aceptada por las partes firmantes, con la presencia de los testigos de honor de los países amigos y de las Naciones Unidas.

Esta es nuestra Constitución que todos los ciudadanos debemos cumplir y respetar; especialmente los funcionarios públicos que han protestado bajo su palabra de honor cumplir y hacerla cumplir (Art. 235 Cn).

Las agujas del reloj han cruzado el cuadrante de la transición democrática sin lograr lo ansiado por la Constitución de 1983, enriquecida por los Acuerdos de Paz, la única solución que nos queda para ser una sociedad próspera y justa viviendo en una democracia con libertad y justicia es que convengamos pero con sinceridad en un gran Acuerdo Nacional y que nos olvidemos de politiquerías.

*Constituyente de 1983.