Según han opinado muchos caficultores que he visitado a lo largo y ancho del país, no es serio que representantes del sector firmen hoy pactos con políticos que son inoperantes, como aquellos del FMLN que han mostrado al gobernar una incapacidad, dejando de legado una balanza desfavorable de desempleo rural.
La problemática del café la profundizaron al grado de verdadera crisis, porque este gobierno del FMLN no actuó oportunamente en el tema de la roya, no le dio la importancia requerida, no escuchó a todos los actores claves de la cadena productiva del café, especialmente los pequeños productores.
Veamos algunos ejemplos incontrovertibles de lo que afirmo: sacaron de las directivas del Consejo Salvadoreño del Café a los representantes legítimos de las cooperativas, a los caficultores y los beneficiadores y quisieron meter a su gente; desarticularon PROCAFE, despidiendo técnicos especialistas y quedándose con las aportaciones económicas de los caficultores; les mintieron a los pequeños y medianos caficultores prometiéndoles que les darían US$0.45 por planta sembrada; esgrimieron que era mediático y político el ataque severo de la roya, descuidando el parque cafetero; tienen en quiebra a los viveristas pues no les pagan; quitaron la exoneración del IVA que beneficiaba a los pequeños productores y tampoco devuelven el IVA de las exportaciones. Y pudiéramos seguir haciendo más larga la lista de desastres causados.
Los caficultores han llegado al consenso que las propuestas y compromisos hechos por el doctor Norman Quijano para el café son medidas confiables, realizables, técnicas y concretas, que permitirán recuperar la caficultura salvadoreña al estar enfocadas a resolver los problemas de organización de la caficultura, renovación del parque cafetalero, controlar la roya, buscar soluciones a la deuda y el financiamiento, e impulsar acciones de mercadeo y comercialización.
Entre las primeras medidas está la creación del Centro Nacional del Café de El Salvador, un ente público-privado que será el rector del desarrollo de la caficultura nacional. Se requiere de una institucionalidad fuerte, que impulse la política integral de la caficultura.
La creación de un nuevo fideicomiso del café es necesario para la consolidación y reestructuración de deudas del sector cafetalero. Hablamos de la deuda del FICAFE y del Fondo de Emergencia del Café (FEC), que suman ambos unos US$125 millones.
Además, un nuevo modelo para el crédito de avío es clave, basado en un plan de trabajo, de hasta 5 años plazo. Las condiciones de crédito actuales, por ejemplo, son por productividad de las últimas cosechas, llegando a US$80/qq; sin embargo, para la cosecha 2014/2015 bajo este esquema podría llegar a US$60/qq, con lo cual no alcanzará a cubrir los costos de producción.
Se implementará un plan de reconversión del parque cafetalero, que contemple financiamiento, asistencia técnica y capacitación. Y es importante el utilizar variedades que ayuden al control de la roya y otras plagas y enfermedades del café. El doctor Quijano considera que los viveristas deben ser parte de este plan.
En el plan está la creación de la Caja Mutual del Caficultor, para que los productores tengan los recursos para financiar a pequeños productores.
Es un reto el fortalecer la banca nacional de desarrollo, especialmente BANDESAL, Banco Hipotecario y BFA, con el propósito de que estas instituciones tengan la capacidad de dar soporte al sector caficultor para contar con recursos crediticios para hacer producir las fincas.
La pregunta es ¿por qué creerle al candidato del FMLN y a su gobierno cuando ellos han sido los responsables dedesmantelar la caficultura? La visita mediática del candidato izquierdista a un cafetalero a su casa no los convierte en redentores del café. Los caficultores no se dejan sorprender por tácticas publicitarias.
* Colaborador de El Diario de Hoy.
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