Guadalupe Reyes

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La embajadora de los Estados Unidos en El Salvador, Mari Carmen Aponte. Foto/ Archivo

Por Por Carlos Alfaro Rivas *

2013-12-08 5:00:00

Al estilo de los personajes del caricaturista Ruz de este periódico, muchos salvadoreños esperan, como agua de mayo, el 12 de diciembre, Día de la Virgen de Guadalupe.

Y es que en lo que la vieja y la suegra se van a la Basílica con los cipotes disfrazados de indios, los Ruzeanos prefieren juntarse con sus amigotes para despegar, directo y sin escalas, hasta el 6 de enero, día de los Reyes Magos. ¡Chin chin!

Este avión es su última excusa del año para abusar del jarabe, y así ponerle la cereza (bien curtida) en el pastel a doce meses de jodarria.

Que el día del amor, el de la madre, el del padre y el del licenciado; el clásico, la semana zángana, las agostinas, el carnaval de Will Salgado y, como aquí todo copiamos, hasta jelengues por el Oktoberfest, el “Jalowin”, el Zangivin y el Black Friday.

Bebe, bebe, que la vida es breve. Menos mal hay chirilucas, pues, a los que trabajamos, nos cae una rata más jugosa. Aunque no tan galana como la que les cae a los del guevierno, con jugo suficiente para el más fino escocés, grandes comilonas, corbatas de seda, plumas Mont Blanc, y hasta para decorar los pasillos de la Asamblea con arte digno del Louvre.

¡Ctrl. Alt. Delete! Juré no amargarme el final del año escribiendo sobre podredumbre. Mejor aprovecho la ilusión de la época, para ver más allá de la corrupción del gobierno y del patín de los Ruzeanos.

Amanece y atardece con una explosión de naranjas, melones y pitayas. “Los angelitos están cocinando galletas”, comenta mi esposa después de la milésima de segundo que jura haber visto el chispazo de luz verde, justo cuando se pone el sol.

Por 25 años, juntos hemos admirado la salida y puesta del macho, los cielos preñados de estrellas y a la novia del sol, cuando le coquetea a su amado, inflando sus cachetes hasta casi reventar. Luna, luna, dame pan. ¡Que hermoso verte maquillada con una radiante luz que nos baña de esplendor!

El cielo también se preña de luces chinas que le ganan en color, pero no en velocidad, a las estrellas fugaces.

Las abuelitas también hornean galletas, que le ganan en olor y sabor, pero no en color, a los atardeceres de la Lupe Reyes.

Eeennn el nombre del cieeelo… Los cipotes aprovechan el jolgorio de las posadas, para ver y oler a la media naranja por la que sienten mariposas en la panza.

Es tiempo de pintar paredes, decorar la choza, alistar el estreno.

Del amigo secreto, y del aguilucho.

De los vientos de octubre y de trapitos más abrigaditos.

De días de inocentes y noches de compras.

Del rompope, tamales, chumpipe y el sopón vuelve a la vida.

Del Celeste Imperio, pintado del más intenso rojo, amarillo y rosado, cortesía de las pascuas, del cortez blanco y del árbol nacional.

De los cuetes, los fulminantes prohibidos, los cipotes quemados y de bailar pegado.

De los huacales navideños con el celofán perforado justo donde el Ruzeano se bombeó la botella.

Del musgo, el nacimiento, el árbol, los regalos y la Misa del Gallo.

“Monós pal aeropuerto, con todo y lora, a “trer” al hijo que aterriza, en la TACA de antes, con su mujer mexicana y el primer nieto, a quienes acabamos de conocer. ¡Si es que es liiiindo el hijueputía!”

“Que chelitos los tiene el frijol del norte; urge una bañadita de mar”. Una bañadita en un océano tan pacífico, que en esta época, más bien parece un lago con abundantes frutos de mar. “Qué padre te quedó la foto de Kevin Alexander comiendo arena de la tierra en la que dejaste tu belly button gordo”.

¡Que linda sos Lupita Reyes! Gracias por bajarle el volumen a tanto odio, y tantas luchas de poder, y subírselo a la paz y al amor, para que los Ruzeanos y no Ruzeanos disfrutemos al máximo los 25 días más gloriosos del año. ¡Jo Jo Jo!

*Colaborador de El Diario de Hoy.

calinalfaro@gmail.com