La verdadera guerra sucia

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Para Nelson Ancheta, llegar a los 16 puntos es un "alivio". Foto EDH

Por Por Guilermo Guido*

2013-11-03 8:02:00

Tal como habíamos adelantado, con la llegada del período oficial para hacer campaña proselitista de los diferentes candidatos y partidos políticos, la explosión de chambres, calumnias y burlas de unos contra otros también se daría y eso no permitirá abordar “los temas serios y las propuestas inteligentes que los candidatos deben presentar y explicar”.

De repente el TSE apareció comunicando que serán ellos los que organizarán un debate público entre los candidatos a la presidencia; seguidamente, el presidente de esa institución anunció sanciones a los medios de comunicación y a personas que transmitan anuncios considerados como “guerra sucia”. Todo esto parece ser bueno y muy conveniente para “civilizar” esta contienda electoral… pero ¿realmente es este el objetivo? ¿Será sólo una censura hacia los medios?

En primer lugar, todos los ciudadanos sabíamos desde el año pasado que si aparecían como candidatos algunos dirigentes del FMLN, los reclamos y señalamientos por su trayectoria destructiva y terrorista antes y durante la guerra tenían que surgir y salir a la luz pública; de igual manera, si se postulaba el ex presidente Saca, esa sería la gran oportunidad de exigirle que aclarara cómo creció tan asombrosamente su increíble fortuna durante su administración. Al ser candidatos oficiales y legalmente inscritos en el TSE, se convierten en figuras publicas que de salir electo alguno de ellos, dirigirá y decidirá el futuro del país y de todos los salvadoreños; así es que también, todos los ciudadanos necesitamos estar correctamente informados sobre la forma de vida, la trayectoria, la obra y la conducta de cada candidato. Si no hablan o evaden responder a preguntas sobre corrupción y desviación maliciosa de fondos del Estado, así como preguntas sobre hechos dolorosos, criminales y terroristas cometidos contra personas, infraestructuras públicas y propiedades privadas, ¿cómo sabrán los salvadoreños quiénes son verdaderamente esos candidatos que ahora ofrecen maravillas y alegrías? ¿Cómo sabrán los salvadoreños cómo fue realmente el gobierno del ex presidente Saca?

Hay que definir perfectamente qué se entiende como “guerra sucia”.

En política, pedir cuentas claras y recordar todo el daño que hicieron los dirigentes guerrilleros, no puede llamarse guerra sucia; es sencillamente una imperiosa necesidad de informar al pueblo de quiénes son los que pretenden gobernar al país y evitar elegir a la persona equivocada, como se hizo en las elecciones pasadas para pagar después las duras consecuencias que ahora sufre el país.

Esto también termina involucrando al tan comentado debate de los candidatos, pues el pueblo necesitará conocer el curriculum vitae de cada uno, antes que comiencen a hablar sobre las grandes soluciones a los gravísimos problemas que dejará este gobierno. Entonces, las obligadas primeras preguntas a los candidatos del FMLN serían: ¿Cuántos asesinatos cometió usted u ordenó cometer durante la guerra? ¿Cuántos secuestros de personas civiles e inocentes realizó usted? ¿En cuántos actos terroristas, robos y destrucción participó usted?. Y al candidato Saca se le tendría que preguntar: ¿Qué pasó con el presupuesto de obras no terminadas durante su administración? Y ¿de dónde sacó toda la fortuna que ahora ostenta?

Es obvio que al hacer esas preguntas a los candidatos y llegar hasta el fondo, quedarían tan mal ante el pueblo, que automáticamente estarían fuera de contienda. Así es que si el TSE no hace ese tipo de preguntas, entonces para qué perder el tiempo en “debates de altura”.

Hacer debates para escuchar planes de trabajo políticos, es como ponerse a escuchar recomendaciones y sugerencias para salvar a nuestro fútbol. En otras palabras, es oír pajas.

El país está en quiebra y en un abismo laboral, productivo e institucional; el próximo gobierno tendrá que hacer una labor titánica para comenzar al menos, la reconstrucción institucional y la reactivación económica.

El escenario cada vez esta más claro, los salvadoreños vamos a elegir entre las dos opciones principales: los comunistas o socialistas del FMLN o los demócratas de la derechista ARENA. Los votantes y especialmente las nuevas generaciones, tienen todo el derecho a conocer perfectamente bien a los candidatos. Eso se llama democracia.

*Colaborador de El Diario de Hoy.