A dos meses de la elección…

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Alejandro Curbelo cuando fue presentado como técnico auxiliar de Carlos Jurado en 2008. Foto EDH/Archivo

Por Por Eduardo Torres*

2013-11-29 6:05:00

La última encuesta de la Utec revela que la mayor parte de la gente no conoce sobre el caso CEL/Enel, a pesar que desde enero lleva el Presidente de la República tocando el tema semana a semana, mencionando a exfuncionarios y a empresarios que sirvieron en juntas directivas del sector energético. O como dijo uno de los consultores de Newlink el 12 de este mes, al día siguiente de la presentación del caso por parte de la Fiscalía, “la gente tiende a asociar este tipo de acciones a la campaña electoral”. En un país en el que no hay reelección, no recuerdo haber visto presidentes con este grado de actividad política a escasos dos meses de la elección presidencial.

Existen en la vida asuntos no opinables, que son los menos y tienen que ver con la tradición judeocristiana, sustento de nuestra civilización occidental, y los asuntos opinables, que son precisamente para debatir ideas con ideas, porque no siendo nadie dueño de la verdad absoluta, es a través del libre intercambio de éstas cómo evolucionan las sociedades y hasta puede evaluarse el estado de salud de una sociedad democrática. El autoritarismo chavista, que no tolera la crítica y que con el poder que ostenta se ha venido encargando de silenciar a los medios independientes y a las voces críticas, coartando con ello la libertad de expresión y de prensa, piedra angular del sistema democrático, irrespeta por igual las demás libertades.

A pesar de los excesos de Conversando con el presidente, no estamos en el país en el “modelo” venezolano, que es el que sigue el partido oficial y el que tan contundentemente rechazamos los salvadoreños. Si tiene alguna posibilidad de ganar la elección de febrero el FMLN, es porque desde el punto de vista estratégico, algo le estará haciendo falta a la oposición por no haber podido plantear, al menos hasta el momento, que la opción a elegir dentro de dos meses será entre la libertad o el autoritarismo del socialismo del Siglo XXI, que sólo ha servido para derrochar la bonanza que tuvieron los venezolanos, derivada de los precios del petróleo. Aunque también, hay que decirlo, influye en el proceso político electoral la megacampaña que tiene el oficialismo con sus abundantes recursos y su delineada estrategia de campaña.

Así, nos acercamos a la elección presidencial. La oposición representa las ideas con las que se ha logrado progreso y bienestar en los lugares en que se han puesto en ejecución, digamos que en los países en que estas ideas se convirtieron en políticas son ahora el mundo industrializado. Incluso China, desde el punto de vista económico no sólo se dio cuenta de qué políticas son las que funcionan, pero a través de ellas sacó a 400 millones de chinos de la pobreza y es ahora la segunda economía en el mundo. El oficialismo representa las políticas fracasadas con el socialismo real, donde el Estado busca normar la vida cotidiana de la gente, llevándole carestía, escasez y desesperanza. Acá es donde me quedan cabos sueltos, no siendo chavista, ¿por qué se ha mantenido tan activo el presidente durante esta campaña?

Por todas las investigaciones de opinión pública que a lo largo de los años he tenido la oportunidad de ver, estoy convencido que si a la gente se le pone con claridad entre cuál de las dos opciones habrá de elegir el 2 de febrero, debería ganar la oposición por el simple hecho de que la gente rechaza al chavismo. Si por el contrario es la lucha de clases la que al final continúa predominando, maquillando a sus candidatos y no exponiéndolos al debate público, puede lograr acá el chavismo lo que no pudo la semana pasada en Honduras: un integrante formal más al club que componen Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua, con el apoyo y el manto protector de Cuba. Justo en el momento en que se deterioran las economías del club Alba y por lo tanto amenaza caerse “el modelo” que buscan imponer.

La decisión la tomará cada uno de nosotros, tanto quienes iremos a votar como aquellos que por no gustarle ninguno, dejen de asistir a las urnas. Ojalá sean estos los menos porque lo que estará en juego es el futuro del país.

*Director Editorial

de El Diario de Hoy.