Don FMLN

descripción de la imagen
Vanda Pignato cree que el comentario de Rosalío Tóchez sobre Ana Vilma de Escobar no debió haberse hecho. Sin embargo, dijo que "no está tipificado" como delito. Foto EDH

Por Por Marlon Manzano*

2013-11-18 7:03:00

Ser empresario no debería ser tan satanizado, al fin al cabo permite, como en ninguna otra profesión, generar capital y plusvalía sobre activos, algo que económicamente es muy valioso para cualquier individuo racional, “homo economicus”, por simple contraposición estamos hablando del mayor pecado visto desde un enfoque radical de izquierda, dónde estos grandes “capitalistas”, o sea empresarios, abusan y generan sus riquezas a expensas de una “mano de obra” mal remunerada y explotada.

Resulta interesante hacer esta lectura en el contexto del proceso histórico Salvadoreño ya que desde que se empezaron a conformar las fuerzas revolucionarios guerrilleras en la época de las dictaduras militares y de los terratenientes de amplios poderes políticos y económicos, los líderes de estas fuerzas revolucionarias que muchos de ellos ahora son los dirigentes del FMLN, podemos asegurar que ni en su peor pesadilla soñaron en convertirse en empresarios capitalistas, si, de esos que acumulan capital, que generan utilidades para sus accionistas (en la mayoría son los mismos) y generan plusvalía por medio de la inversión… y en este punto hay que ser contundente, NO EXISTE OTRA CLASE DE EMPRESARIO, una empresa con finalidad social es más bien una media verdad, es querer disimular y matizar el ánimo de lucro natural que busca cualquier empresario, y queda aun más claro cuando se es empresario y se crea una ONG por parte de la empresa para canalizar el excedente de las utilidades en ayuda social.

Estos dirigentes del FMLN, que en su momento fueron esos aguerridos jóvenes revolucionarios, amantes de la gente, que trasnochaban soñando que la revolución trajera un cambio social, esos jóvenes que se reunían de manera clandestina a educarse, a formase y a ser críticos de la realidad del momento, que eran capaces de inspirar a cientos más en cuestión de minutos, esos mismos que disfrutaban de lecturas de cambio, de poemas de justicia social, que reventaban de emoción y valentía al escuchar la letra de una buena trova, esos románticos de los montes y laderas, esos que respetaban sus principios y valores podríamos asegurar que jamás los hubiesen vendido por un puesto empresarial en ese momento de sus vidas.

Por otro lado, esos empresarios y terratenientes de la época, esos “Don” (De Origen Noble) como se les solía diferenciar del pueblo, marcaban rotundamente sus diferencias por medio de su vestimenta, educación, viajes, comida, transporte, y otras ventajas o lujos que les permitía el status de empresario.

Paso el tiempo, se firmó la paz, la derecha gobernó 20 años consecutivos, estos jóvenes revolucionarios crecieron y muchos de ellos se quedaron dirigiendo la cúpula del “partido del pueblo”, la derecha cae, y por primera vez el FMLN llega al poder y finalmente llegan las empresas ALBA, su capital político acumulado a la fecha es muy fuerte y han logrado mover sus recursos financieros de manera estratégica para apoyar los esfuerzos políticos del FMLN, algo que en un libre mercado no debería de asustarnos, salvaguardando temas legales como el origen del financiamiento del capital inicial de las empresas ALBA, el cual podría ser el único tema de debate técnico para deslegitimarlas, pero más allá de eso, su estrategia política vinculada a los dirigentes del FMLN, que son los dueños locales de estas empresas, está dando resultados muy contundentes en términos políticos, sociales pero sobre todo económicos.

Lo triste, es que la realidad no se puede obviar, el “homo economicus” por fin prevaleció sobre el romántico revolucionario de izquierda, ALBA genera utilidades y paga salarios como en cualquier otra empresa del mundo, y es que nadie de estos revolucionarios (antes románticos) se cree aun que suena mucho mejor y se vive mucho mejor de puestos como “Gerente General” de “Director de Finanzas” o de “Vicepresidente de Operaciones” que de “comandante” o de “guerrillero” o de “compa”. “Por sus frutos los conoceréis”, y es que parece mentira, más de 10 años de guerra civil en nombre de la justicia social para terminar convirtiéndose en algo similar a lo que tanto criticaron, hoy se jactan y tratan de confundir a los aun “revolucionarios sociales”, diciéndoles que ALBA es diferente, que es una empresa de “finalidad social”. Pero bueno, no me crea a mi que ALBA no es una empresa con finalidad social, pero pregúntese al menos algo: cuánto ganan mis dirigentes revolucionarios y cuál es mi salario? Qué va a cenar o almorzar “mi compa diputado” o “mi compa” empresario de ALBA?, si la respuesta no es muy distinta de la diferencia entre lo que gana y come un “oligarca” y su empleado “explotado” déjeme decirle que lo están engañando.

* Colaborador de El Diario de Hoy