¿Un presupuesto a la medida de quién?

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elsalvador.com

Por Por Carlos E. Mena Guerra*

2013-10-10 6:01:00

El sector público se encuentra en la temporada de elaboración del presupuesto general para el 2014, y en este orden de cosas el más alto representante de la Asamblea Legislativa dijo que “este presupuesto está a la medida de nuestras necesidades”. Un monto de US$ 58.5 millones, $600 mil más que el 2013 (¡más de medio millón!). ¿A la medida de las necesidades de quién?, es la gran pregunta.

El pueblo salvadoreño se ha habituado a escuchar muchas cosas sobre el presupuesto y el gasto del Estado, lo más común es saber que buena parte de estos dineros nunca se sabe en manos de quién terminan o, simplemente se pierden cada año; pero sin incursionar con cuidado en los detalles de la información que se proporciona, todo queda aparentemente “en la nube”.

Revise usted los siguientes números para el 2014: los ingresos corrientes (impuestos, tasas y demás contribuciones pagadas por los ciudadanos), ascenderán según proyecciones a $4,235 millones, mientras el presupuesto de gastos será de $4,679 millones. A partir de aquí se puede observar que están planificando gastar $444. Mil dólares más de lo que se espera recibir (casi medio millón o un 10.5% arriba); mientras en el artículo 226º de la Constitución de la Republica (C.R.), “el Órgano Ejecutivo en el ramo de Hacienda está obligado a conservar el equilibrio del presupuesto…” ¿Cuál equilibrio?

Por el lado del Órgano Judicial, se ha requerido $262 millones, aunque de acuerdo al ar- tículo 172º de la misma C.R., le corresponde un monto no mayor del 6% de los ingresos corrientes proyectados, equivalente a $254.1 millones, haciendo un sobregiro de 7.9 millones arriba de lo autorizado por la Constitución. El país nuevamente hará préstamos en el orden de $235 millones y espera donaciones por 42 millones. ¿Cuál austeridad?

Todo lo anterior dicho, estimado lector, es como que si usted ganara $500.00 dólares mensuales (menos los descuentos de ley), lo que podría generarle en el año $5,800, incluyendo su aguinaldo, pero usted planifica gastar $6,400, lo que hace $600 dólares más de lo que espera ganar, confiado que sus suegros le regalen dinero y la señora de la tienda le dará fiado cuando usted envié a su hijo a comprar pan y huevos. Sin tomar en cuenta que, por razones de fuerza mayor no pueda trabajar un par de meses y sus ingresos sean menores o, alguien de la familia se enferme y los gastos sean aún mayores.

Tanto la situación real descrita para el sector público, así como el ejemplo “hipotético” de una familia, describen una planificación financiera muy deficiente, para utilizar palabras suaves. Lo cierto es que con el tiempo se llegará a la bancarrota. Estoy más que seguro que si un financista del sector privado pudiera revisar este presupuesto, le reduciría al menos 1,000 millones de dólares, sin afectar la inversión social. Los recortes pudieran ser para todos los órganos de Estado en viajes, regalos, vehículos de lujo, asesores, fiestas, mantenimiento y combustible, así como en otras partidas de menor prioridad.

*Colaborador de El Diario de Hoy.