‘Mutti’ Merkel perdió ganando, y ganó perdiendo

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El empacado de los santos rosarios es parte de las actividades. Foto EDH/ miguel villalta

Por Por Paolo Lüers*

2013-10-02 8:00:00

Normalmente, al tener los números oficiales, uno sabe quién ganó unas elecciones y quién las perdió. Pero a veces, la cosa es más complicada.

Cuando en Alemania, en la noche del 22 de septiembre, se contaron los votos, al partido de la actual jefa del gobierno, Angela Merkel, sólo le faltaban 2 ó 3 diputados para alcanzar la mayoría absoluta en el Parlamento y poder gobernar solo, todo el mundo celebró la gran victoria de ‘Mutti’ (mamá), como llaman los alemanes a su popular gobernante. Un logro fenomenal. Porque el sistema partidario alemán no suele producir mayorías absolutas. Hay dos partidos grandes (La Unión Demócrata Cristiana CDU/CSU y el Partido Socialdemócrata SPD), y varios partidos menores (Liberales, “Los Verdes” y “La Izquierda”) que suelen ganar cada uno entre 5 y 10 por ciento del voto, así que siempre hay que construir coaliciones para llegar a la mayoría absoluta parlamentaria, que en Alemania es requisito para formar gobierno. Durante años, el Partido Liberal ha sido proveedor de mayorías gubernamentales, normalmente uniéndose a la Democracia Cristiana, a veces a la Socialdemocracia. Pero luego dos partidos más (Los ecologistas de “Los Verdes” y los post-comunistas de “La Izquierda”) lograron entrar al Parlamento, complicando la matemática de gobernabilidad.

En esta elección del 2013, compitieron dos propuestas de coalición: Angela Merkel quería continuar gobernando con el bloque de derecha entre Democracia Cristiana y Liberales, y socialdemócratas y verdes ofrecieron un cambio en forma de una coalición “roja-verde”. Más “La Izquierda” que estaba en contra de todo.

Resulta que Merkel logró un impresionante crecimiento del CDU/CSU, pero no suficiente para gobernar sola. Su propuesta de continuar la coalición gobernante con los liberales fue derrotada en las urnas: El Partido Liberal quedó debajo de 5% del voto nacional y afuera del Parlamento. Entonces, el partido de Merkel ganó, quedando como el partido más fuerte, pero su coalición fracasó. El bloque de derecha perdió contra una nueva mayoría de izquierda: Socialdemócratas, Izquierda plus Verdes, sólo que este bloque políticamente no es viable, porque nadie quiere gobernar con “La Izquierda”, porque su oposición a la Unión Europea y la pertenencia de Alemania en la OTAN.

Así que los tres partidos de izquierda juntos ganaron la elección, pero la perdieron porque no hay plataforma conjunta posible.

Por otra parte, el gobierno de coalición de Angela Merkel perdió las elecciones, porque los Liberales fueron eliminados por los votantes, pero la señora Merkel las ganó, porque nadie podrá gobernar sin ella. Entre las tres coaliciones matemáticamente posibles, solo hay dos políticamente viables, y en cada una la Unión de Merkel es el socio mayoritario: O gobierna en coalición grande con los socialdemócratas, o en alianza con “Los Verdes”.

Esta última constelación parece poco viable, tomando en cuenta las diferencias entre ambos, no tanto políticas, sino ideológicas y de estilo. ‘Los Verdes’ nacieron de los movimientos de protesta de las movidas décadas de los 60, los 70 y 80: movimientos ecológicos, pacifistas, antiimperialistas, feministas, etc. Se han calmado bastante, en muchos aspectos se han vuelto conservadores, pero todavía no existe química con los partidarios de Angela Merkel.

En cambio, existen estilos y lenguajes bastante parecidos entre los dos partidos grandes, CDU/CSU y SPD. Es más, muchos analizan que Merkel ganó precisamente porque asumió muchas posiciones clásicas de los socialdemócratas. Ella movió su partido del tradicional conservadurismo al centro, igual que su predecesor Gerhard Schröder movió al SPD de posiciones de izquierda al centro.

A pesar de que la Unión ganó 42% del voto y la SPD solamente 26%, Merkel va a tener que hacer muchas concesiones a la Socialdemocracia, sobre todo en políticas sociales y de reforma del mercado de trabajo. Por una simple razón: Hay una mayoría de izquierda que, aunque no puede gobernar, coincidió casi plenamente en estos. Y ganó en las urnas. Entonces, ‘Mutti’ Merkel no puede seguir gobernando como antes. Su próximo gobierno será bastante socialdemócrata. Esto no le gusta por nada a la derecha alemana, pero a lo mejor es la mejor solución para Alemania y Europa: combinar los aspectos de justicia social con la estabilidad económica que representan Angela Merkel y su partido.

*Columnista de El Diario de Hoy.