Leamos más y dejemos de “hablar fino”

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La madre de uno de los jóvenes asesinados ayer en San Martín llegó ayer a identificarlos. Foto EDH / ??ricka Chávez

Por Por Mario González**Editor subjefe de El Diario de Hoy.

2013-10-05 6:03:00

La Real Academia Española ha cuestionado el uso de la muletilla o expresión “todos y todas”, como decir, “salvadoreños y salvadoreñas”.

Prevalece la regla de que basta decir “todos” o sólo “salvadoreños” para englobar a uno y otro sexo, sin llevar las “corrientes de género” hasta los extremos.

Según agencias noticiosas, un informe de la RAE titulado “Sexismo lingüístico y visibilidad de la mujer”, critica las nuevas guías sobre lenguaje no sexista elaboradas en España por universidades, sindicatos o gobiernos regionales, que proponen, por ejemplo, usar palabras como “la ciudadanía” en lugar de “los ciudadanos” o “el profesorado” en lugar de “los profesores” para hablar de grupos compuestos por hombres y mujeres.

El autor del informe de la RAE, Ignacio Bosque, defiende que “el uso genérico del masculino para designar los dos sexos está muy asentado en el sistema gramatical” español y que no tiene sentido “forzar las estructuras lingüísticas”.

Para lo que no debe fallarnos el género es para no olvidar las concordancias. Es incorrecto aquello de la que la víctima fue asesinado, aunque haya sido un hombre o niño. Debimos decir la víctima fue asesinada.

Estas recientes disposiciones me hicieron pensar en las faltas que cometemos día por día al hablar o escribir, sobre todo los comunicadores, en muchos casos por descuidar la buena lectura o sólo por querer hablar fino.

“Un lapso de diez metros”, por decir un tramo.

“Conmemoraron” el 21o. aniversario de la firma de la paz, por decir que festejaron, pues conmemorar es recordar. No se puede recordar algo que se está celebrando justo en ese momento.

“En horas de la tarde”. Todas las tardes tienen horas, al igual que las mañanas.

Llegamos al punto de usar el lenguaje doméstico o los arcaísmos diciendo “anantes” o “simacito”, por casi o por poco, o “utualito”, por hace poco.

Más recurrente es aquello de que “el asaltado “asesinó” a su victimario”. Ciertamente lo mató, pero nunca lo planificó ni tenía intención de ultimarlo siquiera, sino sólo de defenderse. El asesinato tiene todas las agravantes: premeditación, alevosía, ventaja y lujo de barbarie. El que se defiende en ningún momento tiene la intención de dañar y menos de disfrutar con el hecho. Podrá ser un homicida involuntario, pero no un asesino.

Pero lo más cómico es decir que “la tormenta fue la responsable de los estragos…” ¡Por Dios! Tal vez quiso decir que fue la causante. Es igual que cuando hablamos del “busero responsable del accidente”. Más bien, quisieron decir, el irresponsable que causó el accidente, porque si hubiera sido responsable no lo habría ocasionado.

Más insufrible es querer retomar el lenguaje de los partes judiciales y policiales, con aquello de “elementos” por decir agentes o fiscales, o “intimaron” al reo, por no decir que le notificaron nuevos cargos. La gente se queda creyendo que los empleados judiciales llegaron a tocarle sus partes íntimas.

Y qué decir de eso de “privación de libertad” por exponer que una persona fue retenida o llevada por la fuerza o que está presa, detenida, capturada, es un reo o presidiario. Así de sencillo.

Ayer nada menos vi un titular que hablaba de “congestión vial”, por decir atasco vial, o el consabido de “calles en mal estado”, por no decir “deterioradas”.

No dejo de quedarme en la luna con el insufrible “restricciones aplican”, que no sé que quieren decir, que creo que es que la oferta “tiene condiciones”.

Leer buenos libros y periódicos es clave para superar estos errores al hablar. Cualquiera me dirá, “la gente me entiende”… Sí, pero la idea es ser mejores cada día y compartir la riqueza de nuestro idioma con los demás y no conformarnos con la mediocridad.