En El Salvador la responsabilidad social empresarial es una necesidad

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Despliegue prepotente e innecesario

Por Por Carlos Calleja*

2013-07-22 6:00:00

El Salvador es un país emergente, limitado en recursos, donde la mayoría de nuestra gente tiene el entusiasmo y las ganas de trabajar y superarse pero necesitan de una oportunidad.

Por esta razón me alegró ver, en la semana de RSE que organizó FUNDEMAS, que cada día son más las empresas que coincidimos en la importancia de aplicar una visión social a nuestros negocios, para así poder retribuir a este hermoso país un poco de lo que nos ha dado. Muchos compartimos la convicción que debemos convertirnos en dinamizadores de desarrollo, a través de la generación de oportunidades para nuestros hermanos salvadoreños más necesitados.

Esta visión beneficia a todos, ya que la mejor inversión que podemos realizar como empresa privada es en el desarrollo social, pues con ello entramos en un círculo virtuoso en el que se genera una relación ganar-ganar en la que se construye un mejor capital humano y se activa una economía nacional más competitiva. El mercado se desarrolla de manera más sana, generando con esto sostenibilidad tanto para nuestras comunidades como para la empresa misma.

Por las limitaciones de riqueza que sufrimos en nuestro país no nos podemos dar el lujo de dejar toda la carga social al gobierno, ya que este no tiene la capacidad por sí solo de resolver los problemas que enfrentamos. Se necesita que todas las empresas nos pongamos la camiseta de salvadoreños, sumando esfuerzos para que juntos y con la ayuda de otros sectores logremos construir una nación más competitiva y próspera.

Las empresas que no incorporan esta visión social, lastimosamente se quedarán atrás. Es un hecho que los consumidores han ido evolucionando para convertirse en personas mucho más sofisticadas y exigentes, que tienden a preferir a las empresas que retornan a la comunidad de manera responsable. Por ende para mantenerse vigente en un mercado cada vez más consciente e informado, debemos de evolucionar como sector e ir migrando a una nueva forma de hacer negocios, buscando retornos no sólo para nuestros accionistas, si no también para la sociedad en general.

La única manera de alcanzar programas exitosos de RSE dentro de nuestras empresas es con el compromiso personal de cada colaborador, para que tome como propio el querer hacer una diferencia en su entorno. Para esto se necesita que el programa encaje con el día-día de la operación del negocio de manera que fluya de forma natural con el mismo.

En nuestra empresa hemos desarrollado una estrategia comercial que genera valor compartido en la comunidad salvadoreña, pero que a la vez cuadra muy bien con la gestión operativa del supermercado. En otras palabras, aprovechamos lo que ya hacemos, realizando algunos ajustes, para generar bienestar con los más pequeños y necesitados. El programa Cultivando Oportunidades que impulsamos nace dentro de la cadena de valor donde trabajamos de la mano con proveedores buscando hacerlos crecer junto a la empresa. Es por esto que empezamos a buscar nuevas alternativas para reducir nuestras compras en el extranjero y comprarle a micro-productores nacionales del sector agropecuario, porcicultor, avícola y pesquero, apoyando con esto a que los pequeños empresarios y sus colaboradores puedan crecer personal y profesionalmente.

El modelo funciona muy bien porque se basa en una relación ganar-ganar, donde nos beneficiamos todos. Buscamos ir directo al productor por lo que se acorta la cadena de suministros, en la que el productor gana gracias a las capacitaciones, financiamiento y una demanda constante a un precio justo; nosotros ganamos al realizar compras directas a los productores salvadoreños, por lo que podemos ofrecer a clientes productos mucho más frescos, a excelentes precios y con mejor calidad; además beneficiamos al medio ambiente, pues al ser compras locales los traslados de mercadería son más cortos, lo que conllevan una reducción considerable en la huella de carbón. En fin, se construye un encadenamiento productivo que genera un negocio más sano y más competitivo para todos los participantes.

Esta experiencia nos dice que al encontrar una fórmula que aporta tanto a nuestra propia ventaja competitiva como al desarrollo social de la comunidad, el incentivo de invertir en ese proyecto social se vuelve cada día más grande. Por ende nos unimos a FUNDEMAS y su llamado a la empresa privada a buscar la mejor formula, cada uno desde lo suyo, de cultivar oportunidades y mejores condiciones para los salvadoreños. Sólo sumando, bajo una visión compartida, vamos a poder realmente mover la aguja en el fortalecimiento social y económico de El Salvador.

*Empresario salvadoreño.