Futuro agrícola en OMC. Oportunidades y desafíos

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Futuro agrícola en OMC. Oportunidades y desafíos

Por Por Ricardo Esmahan*

2013-06-24 6:04:00

Recientemente, el brasileño Roberto Azevedo fue elegido como director general de la Organización Mundial del Comercio (OMC), en momentos en que su papel como facilitador de acuerdos y promotor de la profundización del libre comercio ha sido puesto en duda. Azevedo asumió la Dirección General en momentos en que la OMC enfrenta los desafíos del ascenso de los países en vías de desarrollo y regiones emergentes como en África y Asia, los cuales ven a Brasil como un defensor de intereses comunes.

Azevedo con un historial de cuestionar los subsidios agrícolas de países como Estados Unidos y Europa, reemplazó en el cargo a Pascal Lamy de nacionalidad francesa, quien dirigió la OMC durante los últimos siete años, sin completar su proyecto más importante, la Ronda de Desarrollo de Doha, lanzada hace doce años con el fin de reducir los aranceles agrícolas y eliminar los subsidios a la exportación de bienes agrícolas y los apoyos internos a estas producciones, políticas que distorsionan este comercio en todo el mundo. Al día de hoy estas negociaciones están en un punto muerto, víctimas de los desacuerdos sobre una amplia variedad de temas entre Estados Unidos, China, India y otros países.

Ahora que la Ronda Doha está en cuidados intensivos y con respirador artificial, los gobiernos negocian acuerdos comerciales bilaterales fuera de la órbita multilateral de la OMC. Incluso, se anuncia un TLC entre la Unión Europea y Estados Unidos. Sin embargo, el nuevo director general afirmó que asumía el compromiso de reactivar la Ronda Doha, manifestando que si ese pilar no funciona la organización estará congelada y perderá su funcionalidad.

La Ronda Doha pende de un hilo, debido a que el tema de liberalización agropecuaria está atorado, quedando el Acuerdo sobre la agricultura de la OMC como la antítesis de la liberalización comercial, al ser sus disciplinas la protección agrícola de las grandes economías que, nos guste o no, rigen el rumbo del comercio mundial agropecuario. Este Acuerdo multilateral fue la declaratoria de que las economías grandes están imposibilitadas para desmantelar el proteccionismo, so pena de tener una agricultura tan pobre como las del tercer mundo, las que irónicamente exigen un mejor acceso a otros mercados.

Las potencias agrícolas mantienen sus políticas de apoyos internos y subsidios a las exportaciones agropecuarias. ¿Y nosotros qué? Seguiremos destacando como pioneros de la liberalización comercial en un sector para el cual, desde Ronda Uruguay, es más que evidente que las negociaciones no son un tema comercial sino eminentemente social. Entre tanto, propiedad intelectual, servicios e inversiones, sí mostraron avances a favor de las potencias.

El fracaso de Doha simboliza el éxito de las políticas comerciales agropecuarias unilaterales de los países que antepusieron el compromiso nacional ante OMC y seguirán subsidiando su producción y exportación agropecuaria.

Los miembros que renunciaron en la Ronda Uruguay a los apoyos internos y subsidios están inhibidos de aplicar políticas agropecuarias de protección que desmejoren sus concesiones y aparentemente deben conformarse con lo consolidado.

Pero para países como el nuestro, el fracaso de Doha abre la posibilidad de nuevas oportunidades, en tanto que se pone a la orden del día aplicar políticas comerciales agropecuarias responsables que nos permita reactivar nuestro sector agropecuario.

Según expertos, la OMC se encuentra en una encrucijada. Podría funcionar como un foro para grandes pactos globales como la Ronda de Doha o podría mantenerse fiel a su rol legal de solucionador de controversias de las disputas comerciales. Si se opta por la segunda alternativa, la importancia del director general de la Organización disminuye en forma significativa, debido a que las disputas serán resueltas por paneles de expertos sin su interferencia.

* Colaborador de El Diario de Hoy.

resmahan@hotmail.com