Fórmulas presidenciales 2014

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elsalvador.com

Por Por Ricardo Esmahan*

2013-02-28 6:02:00

En 1867 Alfred Nobel consiguió la dinamita, una fórmula que estabilizó la nitroglicerina. Este genio legó su fortuna a la Fundación Nobel, creada en 1900 para otorgar premios a personas destacadas en beneficiar a la humanidad, en las ciencias, literatura y la paz mundial. Nobel pensó que su potente arma volvería irracionales las guerras, valorándose la paz. Redimir su craso error lo llevó a gran filantropía.

Luego, en 1905 se publicó la teoría de la Relatividad Especial, marco teórico que redefinió viejas discusiones y conceptos sobre fenómenos físicos. Basado en su teoría, Albert Einstein derivó la fórmula de la física más conocida hasta hoy, la equivalencia de masa y energía, E= mc2

Y Robert Oppenheimer fue quien lideró el Proyecto Manhattan, diseñando las primeras bombas nucleares como armas letales. Y ante el resultado de una aplicación de su teoría, el humanista Einstein expresó: “Si hubiera sabido esto, me habría dedicado a la relojería”.

La fórmula de Einstein liberó tanta energía, que la precedente fórmula de la dinamita quedó reducida a una millonésima parte. De nosotros depende su aplicación, en nuestras manos está la decisión.

¿Qué nos enseña la historia?

La fórmula del partido oficial fue resultado de una clara imposición del candidato presidencial por su cúpula, provocando desaliento de militantes y simpatizantes. La oferta del candidato es profundizar cambios que el primer gobierno del FMLN dice haber iniciado, asumiendo el signo de continuidad de esta deficiente gestión.

Esta imposición volvió al FMLN tan inestable como la nitroglicerina. La solución buscada por la cúpula fue darle acceso a la fórmula presidencial al líder tecleño y el más apoyado por las bases de ese partido. Por disciplina éste aceptó un papel secundario y besó la mano de la cúpula, provocando más decepción al interior del partido.

Los primeros discursos del candidato a vicepresidente del FMLN se centraron en justificar su derrota, anunciando un nuevo rol para la vicepresidencia que sólo él se lo creyó, tratando de calmar ánimos de militancia. Esta fórmula invertida adolece de una proyección hacia afuera. Centra su esfuerzo en mantener cohesionado al partido, con el objetivo de evitar la deserción del voto duro.

Recientemente ARENA anunció su fórmula presidencial para el 2014, una fórmula que personifica las aspiraciones ciudadanas de que exista un instituto político de verdadera oposición y que se abra más allá de sus filas. Que asuma el reto histórico de liderar la defensa del sistema democrático, la institucionalidad y la certidumbre jurídica para reactivar la economía y la inversión como fuentes de empleo digno. Alejado del populismo.

El candidato a Presidente de ARENA expresa la unidad partidaria al surgir su nominación desde las bases. Y su compañero de fórmula René Portillo Cuadra, por su trayectoria personal, le otorga al partido el potencial de abanderar las aspiraciones de recientes gestas civilistas en defensa de la institucionalidad democrática. Es la fórmula perfecta para lograr la unidad nacional de liderazgos que aglutinen una sólida y amplia base social, para sustentar una visión de país y un plan de gobierno efectivo y eficiente en el logro de metas.

La tercera vía, pese a su discurso pomposo, ha mostrado liderar un bloque de partidos que pragmáticamente ha arremetido contra la institucionalidad democrática, e incluso contra la soberanía nacional. Un pragmatismo que los une con el FMLN persiguiendo poder y fuentes de financiamiento. Un triste papel que defrauda.

Así, la próxima contienda enfrentará esas fórmulas con abundante plata para comprar voluntades y financiar campañas, contra la fórmula que por su carisma, programa político amplio y su visión de país, ganará el corazón de gran masa votante, necesaria para el triunfo en primera vuelta.

*Colaborador de El Diario de Hoy.