El malnacido 2012 murió

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El presidente Mauricio Funes junto al canciller Hugo Martínez en una de las reuniones durante la Cumbre iberoamericana celebrada en Cádiz, España. Foto EDH / archivo

Por Por Evangelina del Pilar de Sol*

2013-01-06 6:00:00

Por el bien salvadoreño, espero que los horrores institucionalmente vividos en 2012, hayan muerto juntamente con ese malnacido pasado año.

No obstante estas esperanzas, vemos tristemente cómo nuestros auto-erigidos emperadores diputados, decidieron nuevamente irrespetar la democracia negándose a la reforma permanente para el voto por rostro.

Bueno, su temor a perder sus poderosos privilegios hegemónicos al escoger por cara, no es infundado, pues ¿quién votará por el destacado protagonista de hacer sus cuatro voluntades contra los fallos de la Sala Constitucional, que recurriera hasta la Corte Centroamericana de Justicia para lograrlo, dejándonos mal parados internacionalmente al colocarnos en el penúltimo lugar de inversión extranjera en Latinoamérica? o ¿quién votará por ese bastante escaso congresista que dejó entrever que sabía perfectamente quién era el hombre del maletín negro cuando aseguró un día, haber conseguido los votos necesarios de nuevos areneros traidores? Al final les faltó uno; ¿o quién, por los desagradables rostros del bloque FMLN, Gana, CN, PDC, que han convencido hasta saciarnos, que sólo buscan sus propios beneficios? Creo que el pueblo los tiene bien identificados.

Luego, ¿dónde dejamos el imperial insultante irrespeto del Presidente al mandar a pasear a todos los votantes del concurso para nombrar la Diego de Holguín, con el famoso “le guste o no a quién le guste”? Usando el nombre de monseñor Romero para beneficiarse políticamente, aleja aún más esa canonización. Sus imperiales deseos son ley cuando despide ilegítimamente, –por no soportar ser desmentido– a excelentes funcionarios como el Dr. Miguel Fortín Magaña, director de Medicina Legal. ¿Y qué de su defensa favoreciendo los atropellos de su prepotente escolta presidencial? ¿No deberían aclararse los gastos presidenciales de 2.7 millones diarios como se denuncia, cuando las condiciones de vida del pueblo son de llorar?

Todos estos políticos, haciendo exactamente –Y PEOR– lo que anteriormente severamente reprocharon, evidencian una pasada indiscutible envidiosa codicia que hoy practican descaradamente.

Similarmente tenemos alcaldes que se sienten soberanos, no entendiendo haber sido electos para servir a la comunidad y no para hacer y deshacer según su antojo en sus municipios, afectando a todos los vecinos.

El Presidente venezolano Hugo Chávez, que agoniza conectado a máquinas, debería servir a los anteriores políticos como ejemplo, pues por más poderoso que alguien se sienta, cuando llega la hora, todo se acaba, debiendo rememorar continuamente las palabras bíblicas: “¿De qué sirve ganar el mundo si pierdes tu alma?” (Mt16:26).

Chávez aseguraba, besando públicamente un crucifijo frente a los medios, que Jesucristo lo sanaría. Está muy bien tener fe, pero la fe implica humildad, no una equivocada preponderancia recordando también a (Mt7:21): “No todo el que dice Señor, Señor, entrará al Reino de los Cielos, sino el que cumple la voluntad de Dios”, y la voluntad de Dios Padre, lógicamente no sería favorecer tiranías que encierran inocentes ciudadanos por ser políticamente contrarios, violando así, despóticamente, el derecho humano más sagrado después de la vida, la libertad.

Por supuesto hay excepciones en este infausto Gobierno Funes-FMLN-Bloque, destacándose en la desprestigiada Asamblea alguno que otro buen diputado de esos corruptos partidos. Agregamos a Avilés del CD y la mayoría de ARENA. En el ámbito ministerial sobresalen funcionarios que han trabajado decididamente por el pueblo, como Gerson Martínez, en OO.PP., o Hugo Martínez, en RR.EE. Ellos como honrados titulares de un Gobierno nada bueno, merecen nuestros respetos.

* Columnista de El Diario de Hoy.