Carta a Marcos Rodríguez

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2015-06-17 9:00:00

Estimado Marcos:

Aparte de muchas diferencias, hay una cosa que tenemos en común: somos salvadoreños “naturalizados”. O sea, somos salvadoreños no por nacimiento, o sea por casualidad, sino por amor, o sea por decisión propia.

No sé si vos recibís la misma cantidad de “hate mail”, de gente que en twitter o facebook te dicen que te vayás al carajo, a tu país. O que por lo menos, como sos “extranjero”, te callés, y que no te metás en asuntos de los salvadoreños. A mí me pasa todos los días que algún pendejo, a quien no le gusta lo que yo opino, me diga esto, solo en términos mucho menos educados.

Ayer me pasó con (y no creás que es algo nuevo y sorprendente) con uno de los diputados más prominentes del FMLN, el Dr. Guillermo Mata. Yo había comentado una columna de Aída Betancourt Simán, en la cual expresaba que deberíamos en El Salvador armar un movimiento cívico contra la corrupción como este que en Guatemala está al punto de botar al presidente Otto Pérez.

Yo expresé que sí necesitamos una ciudadanía más activa, pero expresé dudas que en El Salvador hay una situación para botar presidentes. Algo entendió (o quiso entender) mal el diputado Mata, y me contestó así: “Los extranjeros no pueden ni deben intervenir en asuntos políticos del país mucho menos sugerir golpes de estado !”

Yo le pregunté si él pensaba que lo que pasaba en Guate era un golpe de Estado, y si él aplicaba la misma prohibición de “intervenir en asuntos políticos” a dos prominentes funcionarios de su gobierno que también son salvadoreños por naturalización: vos y Vanda Pignato.

Así es que te metimos en la conversación. Y para mi sorpresa me informaste que alguien puso una demanda de inconstitucionalidad contra tu nombramiento como secretario de la presidencia, citando los artículos de la Constitución que no permiten a extranjeros tener cargos públicos. También chequeé las noticias y encontré una en El Diario de Hoy sobre la demanda. Ni el demandante ni la nota periodística mencionaron que vos, igual que yo y Vanda Pignato, no sos extranjero, sino salvadoreño naturalizado, con todos los derechos que esto te da. Hay ciertos cargos, como presidente, magistrado de la Corte Suprema o y diputado, que no podemos ocupar, pero casi todos los demás cargos sí. Y por supuesto que tenemos el mismo derecho de opinar, meternos en política o afilarnos en partidos como cualquier otro salvadoreño.

Querer negar estos derechos es una actitud reaccionaria, es muestra de xenofobia, y es ridículo. Y esto es cierto venga este ataque desde la derecha o desde la izquierda – y contra alguien del gobierno como vos y Vanda, o alguien opositor, como yo.

Así que quiero expresar que, por más diferencias políticas que tenga con vos (o con la señora Vanda Pignato), voy a defender sus derechos ciudadanos y políticos igual que los míos.

El Salvador es un país abierto, plural y tolerante, a pesar de gente como el diputado Mata que saca su xenofobia siempre cuando una opinión no le gusta. Por suerte, el Dr. Mata y los pendejos que andan insultando en redes sociales, son minorías. Los salvadoreños, en su gran mayoría, me hacen olvidar que no nací aquí, nunca me hacen sentir extranjero luego de vivir, luchar y trabajar más de la mitad de mi vida en El Salvador.

De todos modos, como dijo Hannah Arendt, todos somos extranjeros y migrantes, en el momento que salimos de las fronteras. Y esto lo saben, de experiencia, los salvadoreños.

Salúdame al Dr. Mata, y que reflexione, tanto sobre si movimientos cívicos como los de Guatemala u Honduras, son “golpistas”, como sobre su xenofobia y su compromiso con la Constitución y sus derechos.

Saludos, Paolo Lüers