Carta a los “sabios”

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Abilio Flores promete gestión municipal que incluya todos los colores políticos

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2015-03-04 7:00:00

Estimados rectores universitarios:

Siempre se dice que las encuestas preelectorales tienen dos funciones: medir la opinión pública y al mismo tiempo influir en ella. Las encuestas generan la percepción sobre perdedores y vencedores y así se convierten en un poderoso instrumento de las campañas proselitistas.

Luego de estas elecciones, queda comprobado que todas (!) las encuestas emitidas por sus universidades (UCA, UTEC, UFG) exclusivamente cumplieron la segunda función: generar opinión, pero lamentablemente dibujaron imágenes falsas de la opinión pública y sirvieron como armas propagandísticas del FMLN. En cuanto a su función primordial de medir la opinión de los potenciales votantes, aportaron absolutamente nada. Por el contrario.

Incluso la últimas encuestas universitarias, publicadas en febrero, pintaban al público un panorama falso, en el cual el candidato del FMLN para la alcaldía de San Salvador llevaba una ventaja de entre 13 y 25 puntos. De hecho, a esta altura la carrera estaba bien apretada, y Bukele terminó ganando con una mínima diferencia. Tan mínima que uno se pregunta: ¿cómo hubiera sido el resultado sin encuestas tan engañosas?

El efecto distorsionador y manipulador de las encuestas universitarias aun se duplicó por la irresponsable manera como ustedes usaron su prestigio como académicos y rectores universitarios para presentar y propagarlas. Los canales de televisión han institucionalizado sus llamadas “rondas de rectores”, donde ustedes crean la ilusión de que ahí habla la sabiduría, independencia y el sentido crítico de los académicos. La triste verdad es que ahí hablan, en el mejor de los casos, ciudadanos comunes, con mediocre criterio político y con los mismos prejuicios de ninguna manera filtrados por criterios científicos. En el peor de los casos, oportunistas que sacrifican el prestigio de sus casas universitarias para quedar bien con el gobierno de turno. De sabiduría, ni la huella.

Uno se pregunta: ¿Qué pasó en este país, donde por la Universidad de El Salvador y la UCA han desfilado intelectuales, rectores y profesores de alto reconocimiento internacional, para que hoy las “rondas de rectores” sean tertulias mediocres como cualquier otra en cafetines y en el lamentable concierto de debates y entrevistas? Ver al rector de la UES, sucesor de intelectuales de respeto como don Fabio Castillo, Félix Ulloa y María Isabel Rodríguez, tartamudear en un estudio de televisión y hacer propaganda gratis al FMLN (tal vez pensando en las próximas negociaciones del presupuesto universitario con el Ejecutivo), da pena ajena. Ver al rector actual de la UCA, o a su antecesor inmediato Chema Tojeira, ambos herederos de Ignacio Ellacuría, hablar frívolas ocurrencias, pero siempre a favor del FMLN, resulta altamente frustrante.

No sólo vendieron las encuestas universitarias como imparciales y científicamente válidas, también se dedicaron, en unísono, a desprestigiar la única encuesta que al final de día resultó válida: la de New Link y El Diario de Hoy, que diagnosticó dos veces, en enero y otra vez en febrero, que Bukele y Zamora estaban empatados. En vez de reflexionar, como corresponde a académicos serios, sobre el reto que a todos ustedes lanzaba esta encuesta de New Link, con su enfoque metodológico diferente, no les ocurrió otra cosa que burlarse: ¿Cómo se les ocurre hacer una encuesta en Facebook?

Obviamente no saben, porque no lo han estudiado, que esta nueva metodología del “análisis predictivo”, apoyándose en complejas fórmulas matemáticas, en muchos países ha revolucionado la forma de hacer estudios de mercado y mediciones de la opinión pública. Entiendo que va contra su naturaleza reconocerlo, pero El Diario de Hoy, luego de mucha discusión con los matemáticos, sociólogos e informáticos de New Link, tomó la audaz decisión de apostar por esta nueva metodología. ¿Saben por qué? Porque la experiencia de los últimos años con las encuestas tradicionales, como ustedes las siguen haciendo, nos llevó a la conclusión que nunca se acercan a la realidad, y que son muy vulnerables a la contaminación ideológica de sus resultados. Prueba de esto: las encuestas que ustedes tanto defienden, aunque elección tras elección producen mediciones absurdamente erróneas.

Las universidades, si quieren recuperar su credibilidad, tienen que revisar de fondo la concepción de sus encuestas.

No me tomen mal mis palabras tan francas, señores, pero alguien les tiene que decir la verdad: Están haciendo un pésimo servicio a la academia salvadoreña y al país.

Saludos, su amigo Paolo