Carta al ministro del subsidio

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El general Mauricio Ernesto Vargas fue uno de los representantes del Gobierno en el proceso de diálogo y negociación con la entonces guerrilla del FMLN. Foto EDH / René Quintanilla

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2014-10-11 7:00:00

Estimado Tharsis Salomón López:

¿Usted realmente se creyó ministro? Bueno, ¡bienvenido a la realidad! Usted hizo el tímido intento de hacer algo que realmente corresponde al ministro de Economía (focalizar el subsidio al gas) – y mire lo que le pasó: inmediatamente el partido y Casa Presidencial lo pusieron en su lugar. No joda ministro, no se meta en cosas políticas… Y le obligaron inmediatamente a restablecer el subsidio al gas a 35 mil familias que su ministerio había dejado sin subsidio porque no lo necesitan.

Hace años, el 7 de abril del año 2011, publiqué una carta al Dr. Héctor Dada, quien en aquel entonces ocupaba la silla donde usted está sentado ahora: la del ministro de Economía: “Vos tenías un plan de focalización: quien puede pagar el precio de mercado, que lo pague. Quien no, que reciba subsidio. Pero vino tu presidente y te hizo pedazos tu plan de ahorro. Ya no era focalización, sino ‘racionalización’. Ya no era ahorro para el Estado, porque el presidente decretó que la mayoría de la gente siga recibiendo subsidio”.

Cómo se repite la historia. En aquel entonces el presidente era Mauricio Funes, y ahora se llama Salvador Sánchez Cerén. En aquel entonces mi amigo Héctor Dada trató de hacer lo que es la obligación de un ministro, y al final tuvo que renunciar, porque se dio cuenta que Funes no necesitaba a un ministro sino a un oportunista que se adapta a las estrategias populistas y se callara. Hoy le toca a usted esta amarga realidad.

La carta a Héctor la terminé con una frase que sigue válida, por esto se la repito, señor ‘ministro’: “No te amargués la vida cubriéndole las espaldas a un jefe que no te cubre las tuyas”.

Los dos ‘gobiernos del cambio’ cambiaron todo para que nada cambie. Funes heredó de Saca un subsidio al gas universal. Todos, sin importar nuestros ingresos, recibimos subsidio al gas (y al agua, la luz, el transporte público…). Hablaron de cambiar esto y que solo recibieran subsidio los pobres. Probaron varios métodos de cómo pagar el subsidio. Al final crearon todo una burocracia estatal nueva para este fin. Resultado: 1.3 millones de hogares fueron declarados suficiente ‘pobres’ para recibir mes a mes subsidio al gas. O sea, el 80 % de la población. Casi universal como antes.

Y cuando usted, queriendo por lo menos aparentar que hace su trabajo profesional de ministro, decide eliminar el subsidio a unos 35 mil hogares que obviamente no lo necesitan, porque obviamente no son pobres, su presidente lo hace recularse y lo deja ante la ciudadanía como un niño regañado.

Realmente le recomiendo que hable con Héctor Dada. O si no quiere hacer esto, lea su carta de renuncia del 26 de abril de 2012. En ella, Héctor, con la caballerosidad que lo distingue, expresa que no ve espacio para poder, desde su cargo de ministro, influir las políticas públicas del gobierno.

No se qué ha motivado a usted, un empresario que ha trabajado en las gremiales del sector privado, a pensar que puede influir las políticas públicas en un gobierno del FMLN. Pero si una vez lo ha pensado, ahora se topó con la realidad.

Si a pesar de esto se queda jugando a ministro, ya no será por ingenuo.

Saludos, Paolo Lüers