Carta a unos alcaldes valientes

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Una agente policial carga en brazos a una menor de dos años encontrada ayer en una casa en la colonia Popotlán, en Apopa, junto a tres pandilleros que fumaban marihuana. Foto EDH / Cortesía El Noticiero

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2013-12-13 7:00:00

Estimados amigos:

¿Saben cuál es el reto más difícil en este negocio de escribir columnas (o cartas) de opinión? Mandar mensajes positivos. Porque no todo es negativo. Nuestro oficio principal es la crítica, pero ¿cómo logramos reflejar las buenas noticias? Las buenas noticias ya de por sí tienen malas cartas en los periódicos. Es mil veces más fácil escribir sobre un asesinato que escribir sobre alguien que no fue asesinado porque de alguna manera se cortó a tiempo la mecha de la violencia…

Por esto, tengo que aprovechar la oportunidad que como alcaldes me dieron para resaltar algo sumamente positivo que está pasando en nuestro país. El miércoles pasado, don Paco Rábena, el embajador de España, invitó al Centro Cultural de España en San Benito a un foro de discusión con 6 alcaldes de los denominados “Municipios Libres de Violencia”.

Estaban presentes 6 de los 11 alcaldes que han logrado firmar acuerdos locales con todos los liderazgos comunitarios (incluyendo de las pandillas) para trabajar juntos en la tarea de reducir la violencia en sus municipios. Tres alcaldes del FMLN (Santa Tecla, Ciudad Delgado, Zacatecoluca) y tres de ARENA (Quezaltepeque, Ilopango, Apopa).

Ustedes dieron testimonios y análisis realmente convincentes de cómo han logrado dar más tranquilidad a sus comunidades. Menos miedo, más diálogo, espacios públicos y negocios recuperados; jóvenes que se apartan de la violencia; pandilleros que buscan la reconciliación con sus comunidades – luego de haberles hecho tanto daño.

Lo de ustedes ya no son pajas mentales. Es vivencia, son experiencias y números comprobables. Lo más impresionante: Ante la magnitud de la tarea, las diferencias partidarias e ideológicos no se han borrado, pero han dejado de ser obstáculos para trabajar juntos y aprender uno del otro…

Alguien les preguntó: ¿Y realmente son libres de violencia sus municipios? Entre todos dieron la respuesta: Claro que no. Somos alcaldes, no magos. Sigue existiendo violencia, siguen habiendo asesinatos en nuestros pueblos. Pero hemos logrado los mecanismos y diálogos necesarios para intervenir en la cadena de venganza y cortar la escalada de la violencia. Intervenir con alternativas pacíficas.

Y viendo los números, se dibuja una imagen bien clara: Mientras en el país, desde junio de este año, hubo un incremento de los asesinatos, en sus municipios pasó lo contrario, sigue disminuyendo la violencia e incluso la extorsión. ¿Por qué? Por que gracias al liderazgo, la visión y el coraje de ustedes, en sus municipios se ha consolidado la tregua, ha echado raíces en los barrios y las colonias, ha propiciado procesos de reconciliación dentro de las comunidades. En los municipios de ustedes se está trabajando en serio en la reparación del tejido social que hemos destruido con la guerra, la exclusión y la violencia. Esta es la diferencia entre sus municipios y el resto del país.

En el gobierno se habla de inclusión, en sus municipios se practica. Y el hecho que el gobierno les prometió fondos, pero nunca cumplió su palabra, no los ha detenido a ustedes, sólo los hizo más creativos.

Alguien del público preguntó: ¿Y por qué este proceso positivo no se refleja en los medios de comunicación? Pues, repito: Esto es el reto más complicado para nosotros, los periodistas.

Es un reto también para toda la sociedad y la política. Los municipios que logran reducir la violencia y las extorsiones deberían ser premiados (por el gobierno, las iglesias, la cooperación internacional y la empresa privada) con incentivos económicos; con fondos para invertir en proyectos de prevención y reinserción; con campañas publicitarias. Los verdaderos “Pueblos Vivos” son los que protegen la vida, no sólo los que más bonito pintan sus casas y hoteles. Los héroes escondidos de este país son ustedes: los alcaldes y otros líderes comunales que contra viento y marea hacen verdad la idea del “Municipio Sin Violencia”.

Con mucha admiración, Paolo Lüers