Carta al Tribunal Supremo Electoral

descripción de la imagen
Los pasillos de las salas ya esperan con los motivos navideños. fotos edh /lissette lemus

Por

2013-10-18 7:00:00

Estimados magistrados:

Con mucha extrañeza me doy cuenta que el Tribunal Supremo Electoral está preparando la organización de debates entre los candidatos a la presidentes y vicepresidencia.

¿Cómo es esto? ¿Quién le ha dado a ustedes la autoridad de convocar Debates? Ciertamente no el Código Electoral. Por lo menos, yo no encontré ni la palabra debate en la lista de las obligaciones y atribuciones del TSE.

Aparte del asunto legal que ustedes, como institución o como funcionarios, no pueden hacer nada que la ley no les mande, surge otra pregunta: ¿Qué los capacita a ustedes, los magistrados del Tribunal, como expertos en la preparación y realización de debates? Nada.

La gente quiere que los candidatos se enfrenten a debates públicos. Correcto. Pero estos debates son asuntos entre los candidatos y los ciudadanos, no son asuntos del Estado. Los debates pueden ser mediados por medios de comunicación, por universidades, por Fundaciones o ONG – todos entidades y expresiones de la sociedad civil, pero no por el Estado ¿Quién en su sano juicio va a delegar a una institución del Estado, como el Tribunal Supremo Electoral, la elaboración del formato y de las reglas de un debate? Nadie. Hay que definir quienes pueden intervenir (periodistas, ciudadanos, académicos); reglamentar en qué forma los candidatos pueden interactuar directamente: hacerse mutuamente preguntas, por ejemplo. Y para nada de esto tiene competencia el TSE, ni legal ni ética, ni profesional.

Todos estos son cuestiones delicadas, de los cuales puede depender el éxito del debate – y del los candidatos. En todos los países con alta cultura de debate presidencial o electoral, son las jefaturas de las campañas que negocian y acuerdan estos detalles y mecanismos, junto con los medios de comunicación que transmitirán los debates, y con las organizaciones civiles que sirven de anfitriones.

El Tribunal Electoral no tiene absolutamente ninguna vela en este entierro. Mucho menos un Tribunal con tan poco credibilidad ética como el nuestro, y con por lo menos un magistrado que tienen meses de dedicarse a discutir con uno de los candidatos presidenciales…

Propongo que se forme una comisión entre universidades, medios de comunicación y jefes de campaña para preparar los debates, elaborar las reglas, convocar y realizar los debates. Propongo que sean dos debates entre candidatos a presidente y uno de candidatos a vicepresidente. Y que el segundo de los debates presidenciales sea de forma más directa entre los candidatos, con preguntas y repreguntas entre ellos mismos, y una moderación que solo controla los tiempos y introduzca los bloques temáticos.

Y ustedes, señores magistrados, dedíquense a su tareas: garantizar la limpieza del proceso electoral.

Saludos, Paolo Lüers