¿Debe el Estado orientar más recursos a la Federación Salvadoreña de Fútbol (FESFUT)?

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Foto Por Jorge Reyes

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2015-08-03 4:41:00

 

Arturo Arieta

Antes de emitir una respuesta sobre el tema que nos atañe, es importante conocer los objetivos para los cuales la FESFUT ha sido creada.  El artículo dos de sus Estatutos enumera las razones de su existencia, entre las más importantes tenemos: “Dirigir, mejorar, promover, reglamentar y controlar constantemente el fútbol en todo el territorio de la República de El Salvador, así como, organizar y dirigir las competiciones de fútbol asociación en cualquiera de sus formas en el ámbito nacional”. Una vez identificadas algunas de ellas, surge la pregunta, ¿por qué el Estado debe ayudar a la FESFUT a cumplir con sus funciones? para responder es necesario tomar ejemplos en países que le han apostado al fútbol y constatar los resultados obtenidos.

El Gobierno que más dinero aporta a su fútbol en el área de la CONCACAF es el mexicano. Dicho país ha tenido un enorme desarrollo en este deporte debido en gran medida a la inversión que el Estado ha realizado en infraestructura proporcionando a la Federación y a sus clubes asociados de instalaciones idóneas para la práctica del fútbol siendo la base para una buena formación de futbolistas, lo cual con el pasar de los años ha logrado dinamizar la economía interna y ser exportador de talento humano. Así como México, otros gobiernos han invertido en el fútbol, logrando que el “deporte rey” sea una vía de escape de la pobreza y de formar parte de agrupaciones ilícitas. Tal pudo ser el caso del jugador argentino Carlos Tevez quien a meses de nacido, su madre lo abandona y a sus cinco años, asesinan a su padre, quedando huérfano, siendo adoptado por unos tíos. Ante los trágicos sucesos y por el lugar en que vivía todo indicaba que sería delincuente pero vio en el fútbol la posibilidad de cambiar su vida y servir como agente de cambio para su familia. La historia de “Carlitos” es la historia de muchos salvadoreños con la diferencia que en nuestro país no existe infraestructura ni formación deportiva y por ende, no tenemos finales felices. Así como México y Argentina, sirven de ejemplo países como Costa Rica, Panamá y Colombia, naciones en las cuales sus gobiernos se han tomado con seriedad el fútbol logrando que este sea un medio de superación para sus ciudadanos y un rival directo de la delincuencia.

Basado en las experiencias de los países mencionados, estoy de acuerdo en que el Gobierno oriente más recursos a la FESFUT para que esta pueda cumplir con sus finalidades principales: “mejorar y promover el fútbol nacional”. Ahora bien, ¿cómo puede lograrse?, comenzar a trabajar en las divisiones menores. Los encargados de la formación de los jugadores deben de ser los equipos de cada una de las categorías pero para lo cual se necesitan recursos. Debe de hacerse de forma ordenada y transparente, todos unidos bajo un mismo objetivo, Gobierno central, municipalidades, Comité Ejecutivo de FESFUT y en un inicio únicamente la Primera División, trabajar en desarrollar ciudades deportivas, donde se formen a futuros futbolistas y excelentes ciudadanos para que si alguno no triunfa en el fútbol tenga la posibilidad de buscar otro camino siendo hombre de bien para el país. Al final, será una inversión con retorno, puesto que es un medio que mantendrá ocupados a los niños y jóvenes, alejados de agrupaciones ilícitas, se exportará talento humano dando a conocer al mundo un aspecto bueno de El Salvador, se generarán más empleos, se desarrollará la industria del fútbol que a la larga se pudiera traducir en pagos de impuestos, en el extranjero los futbolistas son mejor remunerados por lo que ingresarán importantes divisas y se dinamizarán las economías locales mediante el consumo del espectáculo y todo lo que ello conlleva. Para poder concretarlo, será necesario que el Gobierno central audite que los fondos sean ocupados para lo que se ha destinado y que se cumplan con los plazos establecidos para su ejecución, caso contrario nuestra historia no cambiará.

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Licenciatura en Ciencias Jurídicas ESEN; Abogado Asociado en Abogados Corp y Vicepresidente de Club Deportivo Águila.

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Mauricio Rivera

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Mauricio Rivera

El fútbol es un deporte que factura $25 mil millones anuales alrededor del mundo. Se trata de una industria tan poderosa que supera el producto interno bruto de más de 125 países, incluido El Salvador. Un fenómeno multicultural sin límites cuyo potencial es inimaginable. En nuestro país no es la excepción: vivimos, comemos y soñamos fútbol. Sin embargo, a lo largo de la historia la mayoría de dirigentes que han pasado por la FESFUT la han administrado de manera deficiente y no han sido capaces de explotar todos los beneficios que el fútbol puede brindar en términos sociales y económicos.  

Las mejores “máquinas” para generar recursos en el fútbol son las selecciones nacionales porque unen mercados y hacen de estos productos una verdadera mina de oro comercial. Por ello, es inconcebible que por las malas administraciones existan federaciones de fútbol en números rojos. En El Salvador, a pesar de tener un mercado potencial de 7 millones de personas, la FESFUT siempre depende de recursos económicos del Estado para su operatividad. En concreto, hasta 2014 tenía asignados $1.7 millones de los cuales sólo lograba ejecutar aproximadamente $1.2 millones al año. Esta forma de financiar genera acomodamiento en los dirigentes, fomenta ineficiencia y premia la mentalidad cortoplacista con la que conducen nuestro futbol.

Un 80% de los fondos se han gastado en salarios y sólo un 20% se han destinado al “desarrollo” del fútbol. Lo que debería ser una buena inversión de futuro, se desperdicia en gasto corriente buscando soluciones inmediatas a problemas de raíz que tienen décadas sin tratarse. La administración de estos fondos siempre es cuestionada por la poca información que se brinda, los gastos superfluos de los dirigentes y en general por una grave falta de transparencia. Los resultados deportivos están a la vista, fracaso tras fracaso, mucha tristeza y decepción para la incondicional afición salvadoreña. Más de lo mismo, navegamos sin rumbo, sin proyectos, sin ambiciones, sin expectativas y sin un plan de negocio que nos permita evaluar y ver con optimismo el futuro.  

En países exitosos en el fútbol, el Estado no entrega recursos económicos a la Federación. En España, por ejemplo, el fútbol genera tanta riqueza que la Federación Española de Fútbol entrega recursos a otros deportes que no tienen un potencial comercial alto. En Costa Rica, el más exitoso de Centroamérica y con un mercado menor al nuestro, el apoyo del gobierno se centra en brindar la infraestructura idónea para garantizar la buena práctica del deporte; el plan de largo plazo para el fútbol fue realizado en conjunto con la Federación, pero cada uno suma desde su rol y sin mezclar fondos.

El Estado debe ser un socio estratégico de todo proyecto, pero sin proporcionar recursos económicos. Sus esfuerzos deben orientarse en mejorar el sistema educativo, reactivando dentro del mismo una buena cátedra de Educación Física. Necesitamos rescatar el sistema de valores de nuestra sociedad y formar niños y niñas integrales que serán nuestros futuros ingenieros, doctores, economistas, profesores y también nuestros futuros futbolistas.

Aficionados salvadoreños, pensemos en el largo plazo y exijamos que el nivel de nuestros dirigentes mejore sustancialmente. Administrar una federación es complejo y necesitamos personas académicamente bien preparadas y sobre todo con valores y visión que nos permita tener un verdadero proyecto deportivo acuerpado por un buen plan de negocio. Por favor no desperdiciemos un centavo más en una Federación que no tiene idea de cómo hacer productivos estos recursos y mucho menos tiene claro qué hacer con nuestro fútbol.

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Economía y Negocios ESEN; Master en Finanzas, Madrid; Master en Administración de Entidades Deportivas, Escuela Universitaria Real Madrid