La economía salvadoreña continúa con un lento crecimiento para el primer trimestre de este año, según indicó la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades) en su Informe de Coyuntura Económica de mayo de 2018 .
“El arranque de la economía en 2018 es más débil que el del año previo; persiste el bajo crecimiento, la poca generación de empleo formal y la necesidad de un ajuste fiscal, en un contexto internacional con precios de petróleo al alza”, señala Fusades en el documento.
Según las cifras de la nueva serie del Producto Interno Bruto trimestral, en el cuarto trimestre de 2017 la economía creció 2.4 %, ritmo menor al reportado (3.2 %) en igual periodo de 2016. En términos anuales, el crecimiento de 2017 fue de 2.3 %, ligeramente más bajo que el 2.6 % de 2016.
Además, Fusades enfatiza que al comparar los resultados con el resto de Centroamérica, se observa que El Salvador sigue siendo el país con menor crecimiento de la región.
Álvaro Trigueros, director del departamento de Estudios Económicos de Fusades, enfatizó que este año el país ha arrancado más lento que el anterior, por lo que se prevé que en 2018 no superará las cifras de crecimiento que se registraron el año pasado.
La tendencia a la baja que registran las cifras del PIB trimestral a lo largo de 2017 se observan también en las cifras del Índice del Volumen de la Actividad Económica (IVAE), y de trabajadores cotizantes al Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS).
El IVAE, a febrero de 2017, crecía a un ritmo de 2.9 %; desde entonces, se ha venido reduciendo, llegando en febrero de 2018 a registrar 1.1%.
Respecto a la generación de empleo, la demanda laboral anualmente es de más de 50 mil puestos de trabajo; sin embargo, en 2017 solo se crearon 4,851, según datos del Seguro Social, lo que afecta directamente a la economía porque las personas no logran conseguir una plaza laboral permanente y además crece el empleo informal.
“Necesitamos 55 mil empleos formales, lo que significa que hay una enorme brecha de falta de oportunidades en el país”, explicó Pedro Argumedo, investigador del departamento de Estudios Económicos de Fusades.
Respecto al clima de inversión continúa sin percibirse favorable desde 2008; no obstante, durante el cuarto trimestre de 2017, sobre todo durante el primer trimestre de 2018, se observó una tendencia al alza. “Pero no observamos en atracción de inversión extranjera directa muchas nuevas empresas, es decir El Salvador no logra atraer nuevas empresas, y eso está atado al deterioro del clima de inversión que lo hemos tenido negativo por más de 10 años. El Salvador podría crecer más, pero es necesario eliminar el clima de inversión negativo, reducir los cuellos de botella que enfrentan los exportadores”, apuntó Argumedo.
Otros factores que afectan al clima de inversión, según la encuesta a los exportadores, es la delincuencia, seguida de los costos de energía y trámites complicados, “estas son las barreras en las que debería trabajar el país para reducirlas, pero desafortunadamente en este primer trimestre lo que vemos es que estos frenos se vuelven más grandes”.
Respecto al déficit fiscal, Fusades señala que pese a que con la amnistía fiscal el fisco recaudó $64.8 millones adicionales entre enero y abril de este año, y que la reforma de pensiones redujo el gasto en $29 millones, el déficit aumentó $43 millones en el primer trimestre de 2018.