Regulación y altos aranceles son los desafíos para los autos eléctricos en El Salvador

La distribuidora invirtió $50,000 para importar el primer vehículo eléctrico con fines comerciales en el país pero casi la mitad del gasto corresponde a trámites e impuestos.

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DelSur lidera iniciativa de electromovilidad en el país y busca alianza con gobierno y academia.

Por Vanessa Linares

2018-05-18 6:44:13

La idea de conducir un vehículo silencioso y no contaminante, que requiere poco mantenimiento y, sobre todo, no use ni una sola gota de gasolina o diésel comienza a ser una posibilidad palpable para los salvadoreños luego de que la distribuidora de energía Delsur trajera al país el primer vehículo eléctrico con fines comerciales.

Sin embargo, la electromovilidad en El Salvador tiene al menos dos grandes retos iniciales qué superar: las regulaciones pensadas solo para automóviles que usan combustibles derivados del petróleo y los altos aranceles que debe pagar una empresa por importar un vehículo eléctrico.

“Parte de muchas ecuaciones que los importadores de carros estaban esperando resolver es dónde cargar los vehículos eléctricos. Entonces, dicen, si Delsur es la empresa que comienza a poner los puntos de carga ya resolvemos un lío; el otro es el de los aranceles, trámites, impuestos que al final hacen que el carro salga bastante caro”, explicó el gerente general de Delsur, Roberto González.

Y es que, por ejemplo, para importar desde la fábrica de México un Nissan LEAF eléctrico, Delsur tuvo que invertir como $50,000 de los cuales casi la mitad correspondió a gastos en trámites e impuestos.

 

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Actualmente, para llegar al país, los automóviles eléctricos deben pagar un 30 % de su valor en aranceles. Además, para obtener el permiso de circulación, el dueño debe especificar la capacidad del tanque y medir las emisiones de gases del vehículo, pero los autos eléctricos ni tienen tanque ni tubo de escape.

Delsur ya presentó el proyecto a la Asociación Salvadoreña de Distribuidores de Vehículos (Asalve), y considera que las empresas están entusiasmadas.

Sin muchos detalles, González indicó que una compañía le comentó que su casa casa matriz le ha ofrecido enviar 3 vehículos eléctricos y que solo esperará a que Delsur ponga a disposición los cargadores para que circulen en El Salvador; mientras que otra de las comercializadoras (de la marca que importó la distribuidora) envió a seis de sus empleados para conocer el auto y sus características.

“El interés está ahí y no nos ven como competencia sino como complemento”, apuntó González.

 

“Si Delsur comienza a poner los puntos de carga ya resolvemos un lío; el otro es el de los aranceles, trámites, impuestos que al final hacen que el carro salga bastante caro”.

Roberto González, Gerente general Delsur


 

Aunque es una etapa muy temprana, Delsur insiste en que la movilidad eléctrica en el país debe considerarse como un proyecto de Asocio Público Privado Académico (APPA), que facilite un ecosistema tal, y sin precedentes, que permita a la población el acceso a esta nueva tecnología, al tiempo que reduzca las emisiones ambientales y la contaminación sonora en las ciudades.

La propuesta para modificar las regulaciones y el porcentaje arancelario provendría precisamente de la empresa privada y la academia. González adelantó que “no sería una de otro mundo” que el impuesto sea solo del 5% como el que se paga en Panamá.

José Fernando Isaza, jefe de la Unidad Transacciones, Transmisión y Distribución de energía de Grupo Empresas Públicas de Medellín (EPM)- principal impulsor de la electromovilidad en Latinoamérica y corporativo al que pertenece Delsur- aseguró que esta es una tendencia que “va por que va” a todo el mundo; pues en los últimos cinco años ha bajado el costo de las baterías y ha aumentado la autonomía de los vehículos, de manera que se estima que para 2025 los autos eléctricos costarán lo mismo que los que usan combustibles fósiles.

 

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Según Isaza, Grupo EPM apoya la movilidad eléctrica desde 1995. Iniciaron con el metrobús de Medellín y ahora unos 250 vehículos eléctricos y 3,500 motos y bicicletas ya ruedan en Colombia. Tienen 24 estaciones externas de carga con capacidad para atender a 6 mil autos y la ventaja de haber logrado la exención de impuestos para una cuota de vehículos eléctricos.

Pero los primeros pasos y en mayor medida el conocimiento sobre cómo funcionan, pruebas de autonomía, estudios de mercado, formulación de ofertas de estaciones de carga y muchas más, le ha costado a EPM una década y alrededor de $10 millones de inversión.

Para El Salvador, el proceso de adopción e implementación de la electromovilidad será menos costoso, puesto que puede tomar los ejemplos que ya se ejecutan en Costa Rica, Guatemala y Panamá.

Delsur realizó este viernes un “Foro para el impulso de la electromovilidad en la región”, con el apoyo de la Agencia Alemana para la Cooperación Internacional (GIZ) y la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA).