Aumenta el costo de la canasta básica urbana y rural

Productos como la leche, la carne, las frutas y las verduras, son algunos de los productos con más alzas

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Los precios de los productos básicos para la alimentación cerraron al alza en 2015 y han mantenido la tendencia a inicio de este año

/ Foto Por Miguel VIllalta

Por Magdalena Reyes negocios@eldiariodehoy.com

2016-02-23 7:49:00

El costo de la canasta básica se incrementó el 7.1% en la zona urbana y 9.6 en el área rural a diciembre 2015, comparado con 2014, según informó ayer Pedro Argumedo, analista del departamento de estudios económicos de la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades).

Basándose en datos de la Dirección General de Estadística y Censos  (DIGESTYC), la Fundación observó que los productos con mayores alzas fueron las verduras, las tortillas, el pan francés, el arroz y la leche, con porcentajes que van desde el 9.5% al 25% de incremento. 

En cuanto al precio del frijol, que en 2014 presentó un alza de 80%, aunque ha tenido una disminución del 16.7%, todavía no baja hasta el precio que tuvo antes de esa gran alza.

La inflación en los precios de los productos que componen la canasta básica de los salvadoreños es el resultado de la combinación de factores en precios de los alimentos, cambios en el valor de los combustibles y precios regulados.

En la actualidad son más los productos que enfrentan incremento en los precios al consumidor final, y entre las principales causas estaría la importación de frutas y verduras que se hacen desde Guatemala y Honduras.

Preocupa que la tendencia alcista continuaba en lo que va del año. “Al observar los precios en Guatemala, también están subiendo los precios fuertemente, están subiendo hasta 12% en enero (2016)”, señaló Argumedo.

Además, estacionalmente, en la época seca del año incrementan los precios de los productos agropecuarios, hasta que salen las nuevas cosechas.

En el aumento de precios también pueden haber efectos del clima que están afectando los costos, no solo en el país, si no en la región.

De acuerdo con el especialista, lo peor de la situación es que se dará un incremento en la pobreza que en 2014 alcanzó el 37.2%.

La inflación se ha mantenido menos del 2% desde 2012, mientras que la inflación subyacente, que es el conjunto de bienes y servicios que no incluye la canasta básica ni el consumo de la energía eléctrica, se ha mantenido básicamente en cero desde septiembre 2015, lo que indica que la demanda de compra por parte de los salvadoreños se encuentra estancada.

“Si la demanda crece, eso hace una presión en los precios y los precios aumentan, y si la demanda está sin cambios la inflación se mantiene sin cambios”, manifestó el analista.

En este caso la inflación subyacente se encuentra baja desde 2011, probablemente porque no hay altas capacidades de compra.

Otro de los aspectos que también ha golpeado el bolsillo de los salvadoreños es el incremento a la tarifa del servicio de agua que se dio en octubre de 2015. “Una familia promedio en El Salvador sí experimentó un incremento en el rebalanceo de tarifas y el peso del agua dentro de la canasta de bienes del IPC (Índice de Precios de Consumo), es del 2.6% ”, aseguró Argumedo.

Destacó además que a pesar del ciclo de reducción del precio del combustible, el costo del pasaje para la familia salvadoreña se ha mantenido.

Incidencia de desempleo en baja de consumo

De acuerdo con el investigador de Fusades, durante 2016, con el panorama de incremento en los precios de la canasta básica y la baja generación de empleos podría estar presentándose un escenario de aumento de pobreza y baja del consumo. “En 2014 el número de empleo (según cifras del Seguro Social) había aumentado 10,000 plazas, y año con año se requieren 60,000 plazas para el mercado laboral, y el aumento de precios aumentó la pobreza y ahora tenemos el mismo fenómeno en el 2015”, señaló.

Agregó que la falta de empleo continúa siendo la situación más apremiante para los hogares, ya que aunque aumentaran los precios, si un miembro más de la familia pudiera engrosar las filas de empleados, eso aliviaría la más la carga.

A noviembre de 2015 se habían creado 4,145 nuevas plazas y de esas el sector privado solo generó 1,622, lo que para Argumedo es un estancamiento; mientras que el sector público generó 2,595 plazas, sustentadas con un desequilibrio fiscal amplio que a mediano plazo podría ser insostenible. “Quienes están pagando el costo social de la falta de acuerdos en políticas públicas, es la familia por la falta de empleos”, concluyó Argumedo.