País necesita visión nacional en 5 rubros que no debe politizar

La industria, agroindustria, energía, tecnología y los recursos naturales son apuestas que no deben ser politizadas. 

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Samuel Quirós es uno de los estrategas de banca de inversión y de finanzas corporativas más respetados del país. Dirige The Network Company, que opera en varios países. 

/ Foto Por ARCHIVO EDH

Por Guadalupe Trigueros Fabeiro

2016-01-04 9:30:00

Samuel Quirós es reconocido en el mundo de los negocios a nivel de Latinoamérica por su experiencia en banca de inversión, fusiones y adquisiciones, finanzas corporativas, mercados de capitales, estructuración financiera y banca comercial. Como socio ejecutivo de The Network Company, una red de expertos en servicios de consultoría financiera en el continente, ha dirigido y negociado inversiones de capital de riesgo por más de 100 millones de dólares.

A lo largo de su trayectoria, The Network Company ha estado detrás del surgimiento de grandes negocios, entre los más sonados la venta de las Despensas de Don Juan a Grupo Paiz, la transacción de activos de los Hiper Europa a Walmart y la venta de Ahorromet a Scotiabank. Esta vez comparte con Expansión su visión de país y cómo deben abordarse los principales problemas, para reactivar el crecimiento.

¿Cuál es su lectura de 2015?

Complicado. No parece que haya visión de país, a nivel económico, clara. Los países crecen en la medida que el gasto público se usa en inversión y no en gasto. Ese es un problema serio.

La gran interrogante para mí es cómo el gobierno logra una convocatoria a la fuerza productiva del país y lo que ha habido es choque constante y eso no es una estrategia de convocatoria. El sector privado genera más empleos que el público y, por lo tanto, lo tiene que convocar, le guste o no le guste al gobierno y eso no se logró. Hay una natural desconfianza entre ambos bandos y todavía vivimos una época de los 70 y 80 a nivel ideológico y lo que el país necesita es una visión de país.

¿Qué es lo que ha fallado?

La ideología genera una actitud conspiratoria. Lo que haces o dices tiene un trasfondo y eso genera desconfianza. Siempre he creído que las discusiones de nivel país no debe tener componente ideológico, porque tranca el juego.

¿Cómo vio la propuesta del socialismo con loroco?

Te lo puedo decir como casi venezolano que soy, porque viví 20 años en Venezuela. El socialismo es el monumento a la mentira más grande del mundo. Esta gente habla de socialismo, porque es lo único que conocen. La triste realidad es que, por un lado, tienen la industria Alba, que está orientada a hacer dinero con orientación capitalista, con dinero de Venezuela y, por otro lado, predican socialismo y a mí eso me confunde.

No me importa si es socialismo con queso mantequilla, con loroco, o flor de izote, el socialismo y el capitalismo no es la respuesta.

Hay dos cosas fundamentales que el país no tiene: visión de largo plazo y capacidad de ejecución. De nada sirve que haya un plan de salud si la gente que lo va a ejecutar no lo sabe hacer. La corrupción menos evidente pero más contundente es la incompetencia de nuestros empleados públicos. Estamos poniendo gente que devenga un salario y no tiene capacidades.

Ese diagnóstico de lo que el país puede o no hacer, combinado con una visión no ideologizada y con el equipo correcto, es lo que le falta a El Salvador.

Este 2015 fue muy falto de eso, además del circo que montan los políticos. Aquí se habla de si me quedo con la Corte Suprema o con el Fiscal. La visión política de este país está orientada en cómo mantener el poder y no a sacar al país adelante.

¿Cómo ve el manejo de la elección de funcionarios claves?

Cuando tú no tienes autoridad moral para convencer a la mayoría de salvadoreños de que tu visión es la más correcta, tienes que manipular el poder. A alguien le están protegiendo la espalda, me puedo imaginar a quiénes, pero es ridículo, porque las cosas por las cuales se montó la revolución fueron la corrupción, el control de la oligarquía, cosas que hoy día ya no se puede. Hay un dicho muy sabio que dice: “Cambia antes de que tengas que cambiar”. Ya es un reclamo popular sobre toda esta locura.

¿Cuáles son los síntomas en los que debemos prestar atención para evitar que el país se convierta en otra Venezuela?

El tema de Venezuela es tan importante fuera de lo ideológico. Venezuela está pasando unos momentos de hambruna que El Salvador, en su peor momento de la guerra, no los tuvo. Yo no lo puedo creer. Es el país con las reservas de petróleo más grandes del mundo, explícame tú eso. No tiene nada que ver con ideología, lo que pasó es que pusieron a un tipo que enamoró al pueblo y al final del día lo dejó más pobre con 67 % de índice de pobreza.

Entonces, parto de la premisa de que El Salvador necesita una visión compartida en cinco rubros importantes que no deben tocarse bajo ningún concepto político. Se necesita una estrategia industrial y no la hay. No creo que el país debe tener, como base fundamental, la atracción de inversionistas mercenarios.

La única manera de sacar al país adelante es un plan a 20 años para cuatro o cinco rubros: industria, energía, tecnología, agroindustria y recursos naturales.

¿Cuál es la visión indicada?

Toda inversión nueva debe tener incentivos y seguros de que no se le va a nacionalizar, garantía de que los impuestos se van a mantener bajos en el período de la inversión. Todo eso cambia el atractivo de inversión.

Ortega, en Nicaragua, reunió a la empresa privada y le dijo: “Ustedes no se meten en la política y yo no me meto en los negocios”, y ahí están creciendo a 4 y 5 %.

¿Qué vaticina para Venezuela y sus países aliados con la baja en los precios del petróleo?

Veo dos cosas: las reservas del Banco Central de Venezuela son 15 días de importaciones. Insólito. ¿A dónde se fue toda esa plata? Ahora la recuperación de Venezuela va no va a hacer fácil, pero tiene recursos para salir adelante. Sus reservas de oro, hierro y diamantes son inmensas.

¿Cuáles son las repercusiones para El Salvador?

Aquí tiene dos problemas: problema económico, si es que no le está causando ya, un problema de liquidez. Aquí hay bancos del gobierno venezolano invirtiendo en Letes y van a tener que retirar esa plata y el Fisco tendría que pagar unos $200 millones. Esa plata se va y aquí no existe esa liquidez para reemplazar, porque el gobierno no usa pagarés, sino renovarés, así que va a haber un problema de liquidez seguro.

El otro problema es político, porque toda la publicidad alrededor del gobierno actual es financiada con plata de Alba, (la) que se está quedando sin plata. No van a poder comprar voluntades. Si teníamos pensado crecer de 2 a 3%, no creo que sea alcanzable y me gustaría creer que esto obligaría al gobierno a dialogar en una convocatoria de verdad, no para medios.

¿Podría el gobierno financiar los negocios Alba?

Se ha hablado de endosarle la deuda Alba al gobierno. Yo sería el primero en protestar, me parece además de irresponsable, un robo. No creo que pase. Alba se está viniendo a menos, eso es obvio.

El país es una gran empresa y si no han podido manejar sus empresas Alba, cómo van a manejar el país.