Silicon Valley despide 2015 con las arcas repletas

Silicon Valley afianzó su liderazgo como meca tecnológica mundial, un centro que atrae no sólo a emprendedores sino también a jefes de Estado.

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Apple es una de las compañías tecnológicas más reconocidas a nivel internacional que opera en Silicon Valley.

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Por EFE

2015-12-21 9:20:00

SAN FRANCISCO. Los gigantes tecnológicos de Silicon Valley despiden 2015 con las arcas repletas, tras un año de beneficios récord impulsados por una aceleración tecnológica que promete continuar en 2016.

A la cabeza de la exuberancia en boga está Apple que, impulsada por las ventas récord de sus teléfonos iPhone, cierra el ejercicio con unos 200,000 millones de dólares en efectivo y convertida en la empresa más valiosa del mundo por capitalización bursátil. Otro de los titanes de Silicon Valley, Google, también acaba el año en buena forma, con unos 70,000 millones de dólares en efectivo y una ambiciosa lista de proyectos en marcha, entre ellos los vehículos autodirigidos y su plan para llevar internet a zonas remotas del planeta mediante globos aerostáticos.

Facebook, por su parte, concluye el año con la maquinaria publicitaria a pleno vapor y con nuevos hitos alcanzados, como el de haber superado los 1,000 millones de usuarios activos diarios por primera vez y ser una plataforma cada vez más usada en móviles. En general, 2015 fue un año de aceleración tecnológica en el que los dispositivos móviles aumentaron su protagonismo y la apuesta por los vehículos autodirigidos de Google y los coches eléctricos de Tesla impulsaron la innovación en la industria.

Además, continuó el avance de la automatización, la robótica, la inteligencia artificial, los drones, la realidad virtual y la conquista del espacio, y ganó terreno el “internet de las cosas”, o lo que es lo mismo, los objetos conectados a la web.

En el sector automovilístico acapararon titulares los vehículos autónomos de Google, cuya presencia es cada vez más visible en la localidad californiana de Mountain View, donde la empresa tiene su sede, así como el lanzamiento del todoterreno Modelo X de Tesla, que según la empresa, demuestra que “cualquier tipo de automóvil puede ser eléctrico”.

Fabricantes automovilísticos como Audi se lanzaron de lleno también a la carrera por el coche autodirigido y lograron una velocidad récord para un vehículo-robot con el Audi RS 7, que alcanzó los 239 kilómetros por hora.

Automatización

Este año se estrechó la relación entre el vehículo y el teléfono inteligente, con el sistema operativo Android para el automóvil a la cabeza. Android Auto usa comandos de voz para hacer llamadas, seleccionar música y obtener instrucciones sobre cómo llegar a una determinada dirección y los mapas de Google ofrecen al conductor información sobre el tráfico y sugerencias sobre las mejores rutas.

Los robots, mientras tanto, han comenzado a salir de las fábricas y se adentran en espacios de la vida cotidiana, donde los expertos auguran que su presencia será cada vez más común.

“La última tendencia es que los robots están saliendo de las fábricas y estamos empezando a verlos en casas, empresas, hoteles”, dijo Rich Mahoney, director de robótica de SRI International.

Varios hoteles de Silicon Valley utilizan ya a Relay, un pequeño robot que hace las veces de botones y entrega comida, pasta de dientes, toallas u otros objetos a las habitaciones de los clientes.

En el afán de varias empresas de hacer el turismo espacial una realidad, destacó Blue Orbit, propiedad del fundador de Amazon, Jeff Bezos, que logró que un cohete suborbital aterrizase con éxito en la plataforma de lanzamiento en noviembre, lo que alberga la esperanza de que ese tipo de vehículos no sean perecederos.

El área del internet de las cosas siguió avanzando y, con ella, la automatización del hogar, con la posibilidad ya de controlar a través del móvil desde el aire acondicionado hasta la cerradura de la puerta.

El año asistió también al renacer del reloj de pulsera, reencarnado en una versión más inteligente como el Apple Watch, que debuta con conexión a internet y capacidad para hacer llamadas, medir el pulso cardíaco o enviar correos electrónicos.

Además, las empresas de la conocida como “economía compartida”, como la firma de transporte Uber y la de alquileres Airbnb, continuaron ganando clientes y financiación pese a los numerosos frentes legales abiertos en su contra.