Intel Costa Rica ha decidido cambiar el futuro de las mujeres en ese país, especialmente de las que se encuentran en situación de riesgo. Desde hace un año ha creado un programa incubadora a través del cual entrena a 40 niñas de entre 12 y 15 años en proyectos de programación, con el objetivo de que las mismas se conviertan en agentes de cambio para su comunidad, la industria y el mercado de soluciones y componentes electrónicos.
Las adolescentes en capacitación provienen de las comunidades aledañas a la planta de Intel en Heredia, Costa Rica, quienes fueron seleccionadas de entre 120 postulantes. Fueron escogidas por su alto nivel de riesgo y han sido entrenadas por un grupo de profesionales y sicoterapeutas que les ayudan a superar su vulnerabilidad y a transformarse en mujeres empoderadas dispuestas a cambiar sus propias vidas y las de los suyos, enfocando sus fortalezas en el desarrollo de proyectos de programación.
Intel se alió con la Asociación Pan y Amor para trabajar en conjunto en esta incubadora de futuras “cibermujeres”, para cerrar, por un lado, la brecha de falta de mujeres preparadas en esta industria y, por otro, apoyar el empobrecimiento de las mujeres en el país.
El impacto
“Cuando hay una mujer empoderada, ellas transforman su hogar y su comunidad, porque invierten en salud, educación y generan transformación social y cierre de brecha social”, sentenció Karla Blanco, directora de asuntos corporativos de Intel, para Latinoamérica.
La incubadora de “cibermujeres” de Intel fue objeto de estudio en las discusiones del Foro de Donantes, organismo que reúne a empresas y sectores sociales y de cambio para obtener insumos de políticas de apoyo a la región. Blanco expuso que Intel apoya, a la vez, al sector académico para superar la brecha en la formación de ingenieros en la rama, especialmente, de género femenino.
“Tenemos un gran reto en crear mujeres ingenieras y en los últimos tres años, 25 % de población de Intel son mujeres de 100 mil empleados en el mundo, y en Costa Rica son 2,000 con 30 % de mujeres en diferentes áreas”, comparó.
En el mercado laboral tico, añadió, sólo un 7 % de ingenieros mecánicos es mujer, lo mismo en la ingeniería eléctrica, mientras en la electrónica representan el 17 %. “Cuando tenemos grupos con representación baja de mujeres, prevalece la cultura machista, donde los hombres son parte de una pandilla con un lenguaje que hace que las mujeres se releguen y eso hace que nos perdamos de oportunidades de negocios con una perspectiva diferente”, sentenció.
Si las mujeres influyen en las compras de productos tecnológicos, deberían diseñarse modelos y aplicaciones que se sujeten a las necesidades del mercado femenino, un segmento que representa negocios en potencia y que actualmente ha sido descuidado, señaló la representante de Intel para Latinoamérica. Empoderar a la mujer en este rubro, recalcó, significaría elevar los niveles de compra, de influencia y de nuevos productos femeninos tecnológicos.