Empresas salvadoreñas de apps exportan $2 Mlls. al año

Ingresos anuales de quienes están inmersos en esta industria van de los 40 a los 300 mil dólares, según Dica.

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Américo Andrade y Carlos Martínez de clancompanies.com, se dedican a hacer videojuegos, animaciones y más.

/ Foto Por El Diario de Hoy

Por Tania Urías

2015-10-11 8:00:00

Ricardo Leiva es diseñador  y se dedica además a la producción de comerciales, animaciones digitales y más. Aun no cumple 40  años y ya es dueño de su empresa: Kinetika Films, misma que recientemente firmo contrato con el guionista de la serie estadounidense Family Guys.

Ahora Ricardo junto a su equipo está trabajando contra reloj para producir Enky, una serie animada en inglés de trece capítulos que se verá en Estados Unidos.

Con Enky, Ricardo y su equipo ganaron el concurso nacional Pixels, promovido por la Dirección de Innovación y Calidad, Dica, del Ministerio de Economía , Minec, en la categoría animación digital, premio con el que obtuvo dinero para invertir en la producción de la serie. 

Y Ricardo no es el único, como él hay cientos de jóvenes, la mayoría de menos de 40 años, que están dando fuerza a la incipiente industria tecnológica o creativa.

Muchos comenzaron hace apenas dos años, otros llevan diez, probando desde pequeños softwares o aplicaciones utilitarias que ya se usan en grandes corporaciones y bancos del país y la región.

Algunos ya obtienen ganancias que van desde los 40 mil hasta casi el medio millón de dólares por año, asegura Jax Canossa director de la Dica, del Minec.

Creadores de videojuegos que se descargan rápidamente en las tiendas de Android y Apple, productores de audiovisuales que ya tienen clientes en Estados Unidos y desarrolladores de apps inteligentes que están ya comercializándose como pan caliente.

Carlos Martínez y Américo  Andrade por ejemplo, ganadores también del concurso Pixels en 2013, crearon junto a su equipo  Agent Dogs, un videojuego que en tan solo dos semanas ya había alcanzado las 600 descargas en los modelos Android, gente de Centroamérica, Estados Unidos y   Canadá, ya están jugando este videojuego hecho en el país.

Un año antes, otro  videojuego, “Runaldo”, creado también por ellos, alcanzó en pocos meses las 17 mil descargas, de varias partes del mundo. Carlos reconoce que si bien lograron recuperar la inversión, todavía les es difícil medir las ganancias, por que la parte de la “monetización”, es  una asignatura pendiente, tanto para ellos, como para la mayoría de los que están metidos en esta industria.

“Aprender a ganar dinero con animaciones o videojuegos, es quizá lo más difícil de todo el proceso”, reconoce Carlos, quien a pesar de todo, está dispuesto a continuar en lo que ya considera una industria, pero incipiente.

 “Cuando comenzamos (hace ocho años) no había casi nada, hoy todos los días surgen nuevos talentos y hay que crecer con ellos”, reconoce el hoy director de Clan Companies, una empresa que comenzó  en el comedor de unos de los cuatro fundadores y que hoy posee 42 empleados.

Clan Companies, está compuesta por cuatro empresas: In House una plataforma para elaborar contenidos (tipo Blogs), The Stonebot Studio que se dedica a animaciones y videojuegos, Imoves crea  Apps para teléfonos móviles y Clan Studio, que entre otras cosas hace páginas web.

De El Salvador al mundo
“El mercado de apps y animación digital está creciendo de manera veloz, los compradores son  Estados Unidos y Europa y un poco  Centroamérica. Lo que son software  administrativo es mercado local y en Centroamérica”, explica Juan Francisco Martínez,  presidente de la Cámara Salvadoreña de Tecnología,  Casatic, que en cinco años de fundada, ya posee  unas 68 empresas socias, dedicadas a este rubro.

El directivo de Casatic  calcula que estas empresas, entre grandes y pequeñas, están moviendo unos 2 millones de dólares anuales en exportaciones de esta industria. Ambos entrevistados coinciden en que el desarrollo de las tecnologías es importante para el país.

“La tecnología es transversal a todas las industrias, es productividad, innovación eficiencia, lo que busca la rentabilidad, y hacer una empresa más rentable…”, expresa el presidente de Casatic.

“El impacto económico es muy interesante, en términos de explosión y generación de empleos, porque es una industria creciente”, agrega el director de la Dica.

Como industria incipiente, aun es difícil concretar en detalle cuánto dinero están moviendo para dinamizar la economía del país, coinciden los entrevistados.
Sin embargo tanto el director de Casatic, como el ingeniero Canossa, coinciden en que está creciendo el doble de lo que están creciendo  las economías de los países de la región.

“En el país hay 230 compañías que están desarrollando software.  20  de ellas pueden ser consideradas grandes empresas  y están ayudando a las pequeñas a integrarse”, dice.

La Organización Mundial de Propiedad Intelectual – OMPI – en su informe sobre el Índice Mundial de Innovación 2015- señala al país con  una mejora de tres  posiciones con respecto al año 2014, y destaca que “al analizar países con desempeños sobresalientes por pilar, cinco economías destacan en cuatro o más pilares de manera continua desde el año 2011, al registrar mejores resultados: Brasil, Costa Rica, Argentina, El Salvador y Perú”.

En la industria de software tradicional, de acuerdo a datos de los entrevistados hay empresas que están exportando sobre todo a Centroamérica, pero su nivel de exportación no es fuerte, reconoció el presidente de la gremial.

“ Apss para móviles y tabletas ya habrán unas 20 empresas de las cuales unas seis ya están exportando y les ha ido bastante bien y el mercado está creciendo”, explica Martínez.

Respecto a los videojuegos, por la naturaleza del producto, es difícil medir su impacto, pero se calcula que hay jóvenes inmersos en este rubro cuyas ganancias ya superan los 300 mil dólares anuales.

Obstáculos por sortear
Según Martínez, podríamos considerarnos los segundos en Centroamérica,  Costa Rica está a la vanguardia, exporta softwares desde hace 20 años, la mitad de lo que lleva El Salvador,  según él,  el problema es que el país no han habido incentivos, no hay un parque tecnológico,  ni líneas de financiamiento directas.

El ingeniero Martínez, reconoce que la formación y especialización en tecnología no existe, no hay ninguna universidad que desarrolle formalmente las áreas en las que la industria tecnológica está demandando: animación digital, desarrollo de apps   y producción audiovisual. 

Aunque ya hay varios esfuerzos de academias privadas y de la misma Casatic.
“El talento es bueno pero no hay especialización, ese es uno de los obstáculos que enfrenta el rubro. Queremos ser una industria fuerte, pero hoy por hoy no somos visibles…”, explica Martínez.

Otro obstáculo que enfrentan es que no hay una línea de financiamiento definida, esto también impide que los posibles talentos puedan desarrollarse y  especializarse.

“El crédito  es hipotecario, no hay líneas claras para desarrollar esta industria, son inversiones de riesgo, eso incentiva a que la gente no patente sus ideas….Lo que vende es la patente….”, explica.

Además, según el presidente de Casatic, este tipo de rubro enfrenta una doble tributación.  “Si yo vendo aquí y vendo en Nicaragua, yo tengo que pagar impuesto aquí y pagar allá, y otros países, descuentan el 30 o el 25%, el producto no es competitivo porque tengo que subirle el impuesto de cada uno de los países. Estados Unidos es  competitivo porque tiene renta mundial, España también la tiene, por eso la  tecnología que se vende es más cara…”, concluye.